En Our Europe comentamos noticias, libros, redes sociales, encuestas, programas de televisión, deportes o estrenos cinematográficos, casi siempre con una perspectiva europea.
Our Europe es la continuación del blog "europe@s" que, alojado en La Comunidad de elpais.com entre 2008 y 2014, obtuvo el premio de la Comisión Europea al "Mejor Post de Actualidad Europea" (2009).
Este verano me ha dado por leer libros de cine. La culpa la tiene Jorge Moreno (@historiador) que mantiene en X una página -El vicio impune de leer - que sigo con menos frecuencia de la que me gustaría, porque sus recomendaciones casi siempre son interesantes.
Gracias a sus sugerencias, he leído 100 documentales para explicar historia. Me atraía doblemente el título: Quería recordar esos documentales que ya había visto y tener noticia de los que me había perdido y la posibilidad de ver todavía alguno de ellos.
Pero ya sabéis lo que pasa: Un libro te lleva a otro. Y aunque no conocía a J.M. Caparrós Lera, su Historia del cine europeo (2003) llamó mi atención. ¿Cómo enfocaría Caparrós esa Historia? ¿Nos hablaría de un cine "hecho en Europa" (un cine francés, alemán, español...) o de un cine europeo (con unas características comunes distintivas de otras cinematografías)?
Caparrós divide su libro en tres partes: Cine mudo (1895-1930), Cine sonoro (1930-1958) y Cine Contemporáneo (1958-2000). En cada una de estas tres partes, nos muestra un catálogo de las principales "escuelas" o tendencias cinematográficas, directores y películas del cine europeo,
Lamentablemente, al finalizar la Universidad, me fui desconectando lenta y progresivamente del "Nuevo Cine Europeo", al que Caparrós dedica el capítulo XIX y que me ha sido útil para tener una visión de conjunto de películas que había visto sin ese hilo conductor.
Por mostrar una panorámica de cien años de cine europeo, por su carácter divulgativo, por las "fichas" de las películas comentadas más a fondo y por su voluntad de que el cine (y su libro) contribuya a los "Estados Unidos de Europa", el libro merece una buena valoración.
Pero, leído 20 años después de su publicación, algunas cosas se echan de menos:
La primera, describir las características del cine europeo. Caparrós no toca en ningún momento este aspecto que sin embargo es fundamental para dirimir si hay un cine hecho en Europa o si podemos hablar de un cine europeo.
La segunda, si Umberto Eco afirmaba que "la lengua de Europa es la traducción", aquí podríamos decir que "la lengua del cine europeo es la coproducción". Sin embargo, Caparrós despacha el asunto en dos líneas: "Paralelamente al Nuovo Cinema se produjo en Italia el fenómeno del Spaghetti Western, desarrollándose en Europa el sistema de coproducción".
Lo que no es razonable, resulta difícil de entender y más aún de explicar. Tal es el caso del acuerdo comercial al que han llegado EEUU y la UE el pasado 27 de julio, por el cual Estados Unidos impone a la Unión Europea:
- Unos aranceles del 15% a los productos europeos que entren en EEUU (para los productos de EEUU que lleguen a Europa no suben los aranceles).
- La compra de productos energéticos por valor de 750.000 millones de dólares.
- Inversiones europeas en EEUU por valor de 600.000 millones de dólares.
Naturalmente, este "acuerdo" comercial ha levantado ampollas en los medios (y en políticos de diversos partidos), que en esta ocasión no han ahorrado en (des)calificativos: "Patética capitulación", "genuflexión europea" "chantaje", "severa y rotunda rendición", "dramático episodio", "humillación"...
Negociadores (no todos contentos) del acuerdo comercial UE-EEUU (Foto: Comisión Europe
Las críticas han alcanzado de lleno a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen ("¿con qué derecho asume la señora von der Leyen esos compromisos en nuestro nombre?", pregunta Renaud Girard), y al equipo que ha "negociado" este acuerdo, al frente del cual está Maros Sefcovic (Vicepresidente de la Comisión Europea, Comisario de Comercio, etc.). Según ellos, se ha alcanzado el mejor acuerdo posible.
A la vista de los aranceles que Trump ha impuesto a otros países (Brasil, 50%; Suiza, 39%; Canadá, 35%, India, 25%...), la UE parece que ha salido menos perjudicada, pero...
Putin y Trump en una foto de archivo (Europa Press)
Y luego están las formas: En seis meses de mandato, Trump ha dinamitado las reglas de juego de la política internacional y de la diplomacia: Fin de la negociación y principio de la imposición. Adiós al multilateralismo y bienvenida al neoimperialismo.
¿Cuántos años llevamos hablando de la crisis del periodismo? Tal vez desde la llegada de internet y, más concretamente, desde la puesta en marcha de las redes sociales. Algunos pronosticaron entonces el fin del periodismo, lo mismo que unos años antes habían anunciado el fin del libro impreso. Sin embargo, el libro parece hoy más vivo que nunca. ¿Y el periodismo?
García Avilés ha tenido la amabilidad de responder a las preguntas que le hemos enviado por correo electrónico. No lo conozco personalmente, pero la primera impresión al leer sus respuestas es que son claras, sinceras, entusiastas y convincentes.
1. Antes de acceder a la cátedra de Periodismo en la Universidad de Elche, usted ha pasado por otras universidades europeas como Dublín, Sheffield o Klagenfurt: Valore esta experiencia. ¿Han contribuido estas estancias a conformar una visión europea de los periodistas innovadores?
Absolutamente. Esas estancias no solo han ampliado mi horizonte académico y profesional, sino que han afianzado una convicción personal: el periodismo innovador tiene una dimensión europea que afianza el espíritu de buscar soluciones y transformar la profesión. Trabajar en contextos tan diversos como Irlanda, Reino Unido o Austria me permitió ver que, pese a las diferencias culturales o económicas, los retos fundamentales del periodismo son comunes: cómo recuperar la confianza del público, cómo construir modelos sostenibles, cómo volver a conectar con las necesidades reales de la ciudadanía. En estos entornos, he aprendido que la innovación no consiste tanto en adoptar la última tecnología, sino en reapropiarse del sentido profundo de esta profesión: escuchar, interpretar y contar con rigor y empatía. Esta visión europea se ha consolidado en mí como un espacio compartido de reflexión, colaboración e intercambio de ideas.
2. El libro es el resultado de entrevistas con más de 30 periodistas y profesionales de 16 países europeos comprometidos con una renovación a fondo del periodismo: ¿Ha contado con algún tipo de financiación pública o privada para llevar a cabo esta costosa investigación o todo ha tenido que salir de su bolsillo?
“Águilas y colibríes: periodistas innovadores en Europa” es un proyecto personal, financiado con mispropios fondos. Aunque las entrevistas las hice vía online, sin desplazarme a los países, asumí el coste de la edición, maquetación, impresión y distribución del libro. En el camino he contado con el apoyo de personas maravillosas, como el periodista sevillano Javier Padilla, que se ha convertido en mi socio en este proyecto o mi sobrina, que elaboró la portada, y muchos amigos que ayudan en la difusión. Y la respuesta ha sido estupenda, a los dos meses agotamos la primera edición y la segunda está funcionando muy bien.
Las entrevistas y el proceso de escritura exigieron una implicación personal —no solo económica, sino también emocional y logística—. Creo firmemente que el periodismo y la universidad deben caminar juntos cuando se trata de investigar transformaciones sociales de esta magnitud. Afortunadamente, la investigación nace de mi experiencia en varios proyectos europeos sobre la innovación en los medios. Además, he contado con la generosidad de muchos profesionales que compartieron su tiempo, experiencia y visión sin esperar nada a cambio. Esa red de cooperación ha sido, en sí misma, una prueba del compromiso colectivo con el futuro del periodismo en Europa.
3. El futuro del periodismo está en la innovación y en regresar a sus raíces (y escuchar es una de sus claves). Los ejemplos que desarrolla en el libro (Mediapart, Re:Baltica, De Correspondent, Denník N...) así lo ponen de relieve. En términos de innovación periodística, ¿está Europa a la altura de otras regiones del mundo como EE.UU o América Latina?
Sin duda. Europa ha sido y sigue siendo un laboratorio riquísimo y muy diverso de innovación periodística. A menudo miramos a EE.UU. con admiración por su potencia tecnológica y su ecosistema mediático, y América Latina nos ofrece ejemplos valientes de periodismo independiente y pujante, en contextos muchas veces adversos. Pero Europa tiene su propia voz, hecha de matices, rigor y pluralidad. Medios como Mediapart en Francia, De Correspondent en Países Bajos, Denník Nen Eslovaquia o Re:Baltica en los países bálticos demuestran que se puede innovar desde los valores fundamentales del periodismo, con modelos de financiación sostenibles, compromiso ético y una clara vocación de servicio público. Europa está a la altura, especialmente si entendemos la innovación como un proceso humano y colectivo, más que como una carrera tecnológica.
4. El capítulo 4 habla de Liderazgo: ¿No le parece que algunas de las respuestas de sus entrevistados son lugares comunes o parecen sacadas de un Manual de Autoayuda?
Es comprensible que algunas expresiones suenen genéricas, pero eso no significa que carezcan de valor. Precisamente porque el liderazgo en las redacciones de los medios ha sido un tema tabú durante décadas, ahora estamos empezando a verbalizar cosas que deberían haber sido evidentes: el bienestar emocional, el respeto, la escucha activa. Estas no son consignas vacías, sino las bases para crear equipos periodísticos resilientes, creativos y comprometidos. En una profesión que tradicionalmente ha glorificado el estrés, la precariedad y el sacrificio personal, hablar de salud mental o de gestión empática no es banal: es profundamente necesario. A menudo, la innovación empieza por humanizar la redacción. Y eso pasa también por hacer preguntas tan simples —y tan revolucionarias— como “¿qué tal estás?” a tu colega de trabajo.
5. Como lector, tengo la impresión de que, lo mismo que sucede en otros sectores de la economía, de la política o de la sociedad, los periodistas innovadores hacen en cada país la guerra por su cuenta, que los intercambios entre redacciones son escasos. ¿Nos acercamos o nos alejamos del viejo sueño de unos medios europeos?
Esa impresión tiene algo de cierto, y también apunta un horizonte esperanzador. Es verdad que muchos proyectos innovadores nacen de contextos muy específicos, con recursos limitados y una lógica local, adaptada a las audiencias de ese entorno. Pero lo que he descubierto durante la investigación es que hay un creciente deseo de cooperación, una voluntad explícita de aprender unos de otros. Plataformas como el European Journalism Centre, redes de medios sin ánimo de lucro o iniciativas como Cross-border Journalism están creando puentes reales -y eficaces- entre las redacciones, favoreciendo el periodismo colaborativo, transnacional y multilingüe.
Quizás aún estamos lejos de unos “medios europeos” en el sentido clásico, pero nos estamos acercando a una conciencia europea del oficio: compartir problemas comunes, construir narrativas conjuntas, y sobre todo, defender valores compartidos frente a la desinformación, la polarización o la precariedad. Ese sueño no ha muerto. Está despertando en diversas formas y con nuevos protagonistas, algunos de los cuales aparecen en el libro.
Con motivo del 50 aniversario de la Transición, El Cultural ha pedido a seis jóvenes historiadores (todos nacidos después de 1975 y cuya edad media está por debajo de los 40 años) que hagan su valoración de esta etapa de nuestra historia, tan idealizada entre 1975 y 2008 y tan vilipendiada por algunos después.
Las preguntas que El Cultural planteaba a estos historiadores eran las siguientes: ¿Son fundamentadas las críticas a esa etapa?, ¿es preciso recuperar ese espíritu de concordia?, ¿Qué queda por contar de aquel capítulo?, ¿Quién fue el personaje clave?, ¿Qué problema surgido del pacto político urge solucionar ya?
Me gustaría comentar algunas de las afirmaciones vertidas en el texto:
Texto: La "España de todos" fue un logro intergeneracional protagonizado por la generación nacida en la posguerra...Juan Carlos I y Santiago Carrillo son personajes cruciales de ese período (Antonio López Vega, UCM).
Comentario: López Vega parece contradecirse: Juan Carlos I nació en 1938 y Santiago Carrillo en 1915. Pero si miramos la fecha de nacimiento de otros protagonistas de la Transición, sucede algo por el estilo: Fernando Álvarez de Miranda (1924), Alfonso Osorio (1923), José María Areilza (1909), Tierno Galván (1918), Fraga (1922), Raúl Morodo (1935), Torcuato Fernández Miranda (1915)...
Texto: La Constitución del 78 y el Estado de las Autonomías han demostrado que son un buen marco de convivencia (Nicolás Sesma, UGA)
Comentario: ETA y el desafío secesionista demuestran que esto no es así del todo.
Y añade Sesma: Siempre se podría mejorar, como la pendiente reforma del Senado, pero no creo que haya nada urgente.
Comentario: ¿Cuántos años llevamos hablando de la reforma del Senado? Yo creo que por lo menos desde el siglo pasado. En este sentido, Sesma no se muestra muy original, ni señala las dificultades para llevarla a cabo.
Texto: La Transición no obedeció solo al interés de las élites políticas que saltaron al barco de la democracia, sino al de una sociedad que ya se había hecho democrática (Santiago López Rodríguez, Universidad de Uppsala).
Comentario: Puede que los textos y documentos que maneja López Rodríguez le hayan llevado a esa conclusión. Desde luego, esa no es mi experiencia personal. Puede que en las grandes ciudades y universidades el empuje de obreros, estudiantes y otros colectivos fuera mayor que en provincias, donde me desenvolvía habitualmente...hasta mi ingreso en la Universidad. Incluso allí la movilización no tenía demasiada fuerza.
Por otra parte, ¿Una sociedad que ya se había hecho democrática? Es más fácil decirlo que demostrarlo. Se burlaba de mil maneras la censura. Se habían conquistado ciertos espacios de libertad, pero de ahí a la democracia...
Texto: La asignatura pendiente está en los archivos, pues hasta el del Vaticano es más accesible (César Rina, UNED).
Comentario: En EEUU desclasifican sus archivos en un periodo que va entre 10 y 25 años; en Gran Bretaña y Alemania, hasta 30 años; en Italia, 15 años prorrogables. EnEspañaseguimos el modelo francés, país donde los documentos se pueden desclasificar a los 50 años...prorrogables por otros 50.
El texto de Sandra Blasco (UNIZAR) abunda también en la falta de transparencia del nuevo sistema democrático ante la imposibilidad de acceder a los archivos.
Comentario: O sea que llevamos 50 años hablando de la Transición...¿en base a qué? A gustos personales, a modas historiográficas, a lo que nos han contado los periódicos...? Si es así, no me extraña que haya una historia de España de derechas y otra de izquierdas y que sea imposible ahora hablar de consenso.
Texto: Durante la Transición no se ha hecho el pertinente esfuerzo por la dignificación de las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura franquista...tampoco de las víctimas durante la democratización, provocadas por terrorismos de distinto signo o por funcionarios policiales (Víctor Aparicio, UPV).
Comentario: Qué trabajo está costando dignificar a las víctimas! Sí, es una asignatura pendiente. Pero hay otras de las que no se habla, a pesar de su rabiosa actualidad. Solo un ejemplo: la palabra corrupción no es citada ni una sola vez por ninguno de estos seis historiadores.
Aunque estábamos mentalmente preparados para la llegada de Trump a la presidencia de los EEUU, los europeos estamos sufriendo sus embestidas a todos los niveles. Sin embargo, no todos los observadores y analistas políticos se ponen de acuerdo: ¿saldrá Europa reforzada o debilitada de este embate?
Sami Naïr, catedrático, asesor y consejero del gobierno francés (1997-1999), eurodiputado (1999-2004), ha publicado con frecuencia en Le Monde o El País.
Estamos hablando de dos europeístas de primera fila, pero lo que me llama la atención es que, si los pusiéramos a debatir entre ellos, veríamos que sus ideas coinciden poco...por no decir que en ciertos aspectos son contrapuestas.
El libro de Ignacio Aldecoa arranca de la siguiente hipótesis:
Trump no va a debilitar a Europa. Al contrario: "Trump va a hacer grande Europa otra vez", porque su acción descontrolada va a fortalecer a la Unión Europea hacia adentro y hacia afuera.
Hacia adentro:
- Los aranceles de Trump van debilitar a la extrema derecha en sucesivas elecciones.
- Está reactivando a la ciudadanía europea, como ha puesto de manifiesto la manifestación de Roma del pasado día 15 de marzo
- Está reforzando el peso de las instituciones europeas frente al poder de los gobiernos: La presidenta de la Comisión ha conseguido que los gobiernos aprueben un plan de rearme estimado en 800.000 millones de euros.
- La consolidación de la Comunidad Política Europea (CPE) de la que forman parte 46 países europeos y la próxima incorporación de otros 10 países a la UE, posiblemente Montenegro y Albania en primer lugar.
Hacia afuera:
- El acercamiento de Gran Bretaña a la UE. Parece que 5 años de Brexit han sido suficientes para que los británicos comprendan que no pueden vivir de espaldas a la UE.
- La alianza estratégica con América Latina, en un momento en que Trump está demostrando cada día su desprecio hacia esta región.
Sami Naïr, en cambio, fue muy crítico con la actual situación de la Unión Europea:
"El proyecto europeo de los años 50 está agotado", dijo en su presentación. La UE se encuentra hoy en una profunda crisis, estancada. Nunca la falta de proyecto fue tan evidente: "Europa funciona como un Banco".
El euro no pertenece a los europeos, pertenece a Alemania. Es la moneda única, pero no es la moneda común. Más adelante, Naïr advierte que ni el euro ni la PAC pueden funcionar con una UE de 36 países.
El BCE es el más independiente (del Parlamento) del mundo. Ni siquiera la Reserva Federal USA es tan independiente. Impuso unos criterios de convergencia que hoy nadie respeta. Prodi llegó a a calificarlos de "criterios absurdos" que hoy nadie respeta, lo que lleva a Naïr a una dura afirmación: "Todo es teatro".
El modelo social de 1957 no es el mismo que en 2000: hemos pasado de un modelo liberal a un modelo neoliberal, que pretende acabar con la intervención del Estado en la regulación de la economía (pero que acude al Estado cuando se producen crisis como la de 2008).
A pesar de estas críticas, (y otras al funcionamiento de la Comisión Europea, sobre todo por su falta de transparencia), Naïr no es pesimista: "Sabemos lo que hay que hacer".
Este es, en mi opinión, el gran problema europeo: Tenemos un buen diagnóstico de la situación, conocemos las soluciones, pero la "Europa de las Naciones" (en auge, al parecer) nos impide avanzar hacia una Europa Federal.
Estábamos empezando a olvidarnos -con permiso de VOX- de los 40 años de Franco, cuando hemos empezado a conmemorar otro 40 aniversario: el de la firma del Tratado de Adhesión de España a la Comunidad Económica Europea (12 de junio de 1985).
Pero las circunstancias no han acompañado en esta ocasión:
En el ámbito internacional, estamos viendo cómo la extrema derecha quiere desmantelar la UE, y viviendo las presiones de EEUU a los países europeos de la OTAN para que aumenten sus gastos en Defensa hasta el 5% de su PIB (un gasto que España rechaza y sobre el que el FMI lanza severas advertencias), y asistimos impasibles a la matanza en Gaza y ajenos al ataque de EUU a Irán.
En el ámbito doméstico, y con el lema "mafia o democracia", el PP estaba elevando la crispación a límites insoportables ya antes del día 12, cuando empezaron a conocerse los informes de la UCO sobre Santos Cerdán y cuyas consecuencias parecen todavía imprevisibles.
Por todo esto, y si nadie me demuestra lo contrario, esta ha sido una conmemoración más triste que todas las anteriores (juntas):
No se sabe exactamente por qué motivos -pero podemos imaginarlos- ni la presidenta de la Comisión Europea ni la presidenta del Parlamento Europeo han asistido a este acto, en el que Sánchez ha recalcado "la bonanza económica, social y democrática que Europa ha aportado a España".
No sé si la ausencia de Ursula von der Leyen y Roberta Metsola es justificada. Lo que me parece injustificable es la ausencia de TODOS los expresidentes del Gobierno, los representantes del PP y Vox y los ministros de Sumar.
Detalle del acto (Europa Press)
Si a eso le añadimos las caras largas de buena parte de los asistentes y los discursos puramente institucionales, podemos comprender que, casi lo único que ha trascendido a los medios de esta celebración, es la guerra de influencers.
Escribo estas líneas cuando están saliendo las notas de una siempre polémica Selectividad, pero más este curso. Ya en octubre los alumnos se echaron a la calle para protestar porque era el primer año que exámenes de la LOMLOE, y ni siquiera los profesores decían estar preparados para orientar a sus alumnos en esta Prueba de Acceso a la Universidad (PAU).
Pruebas de acceso a la Universidad (Imagen de RTVE)
¿Cuáles son las novedades que introduce la LOMLOE?
1. Pretende que los ejercicios sean menos memorísticos y hacer hincapié en las competencias (traducción: que los alumnos sean capaces de aplicar esos conocimientos). Este cambio no se puede improvisar, por lo que este año los ejercicios sobre competencias solo serán un 25% del total.
2. Eliminar la opcionalidad. Por ejemplo, hasta ahora los alumnos de Historia podían elegir entre dos opciones de examen: una sobre el siglo XIX y otra sobre el siglo XX. Un alumno podía sacar un 10 con estudiar solo un siglo. En esta convocatoria, los alumnos han debido estudiar los temarios completos de las asignaturas.
3. Se pretendía unificar criterios para eliminar diferencias entre Comunidades Autónomas, que ahora penalizan por igual las faltas de ortografía (hasta 2 puntos en Lengua y Literatura), pero no se ha conseguido armonizar los contenidos. La Historia que se estudia en Madrid no es la misma que en Barcelona.
Todo apunta a que este año las calificaciones van a ser más bajas. Los alumnos (y muchos profesores) de esta promoción han sido auténticos conejillos de Indias y en los próximos días vamos a ver reclamaciones a gogó
Más allá de las calificaciones de ahora, el debate sobre la PAU no es nuevo. Llevamos años hablando de la necesidad de reformar o incluso de eliminar la Selectividad. Lo que me extraña es que en ninguna de las informaciones o artículos de opinión se haga referencia a nuestros vecinos europeos:
¿Es mejor el sistema de Portugal o el anglosajón? ¿Es preferible el Baccalauréat francés, el Abitur alemán o la Maturitá italiana? Ni la Comisión Europea ni el Parlamento europeo tienen competencias en materia de Educación, pero ¿no se pueden establecer unos criterios mínimos comunes entre los miembros de la Unión Europea?
En mi opinión cada sistema tiene sus ventajas e inconvenientes. Deberíamos copiar las cosas positivas de cada uno de ellos y a adaptarlos a nuestra idiosincrasia. Apunto, para finalizar una característica del sistema francés: Aquí no cuentan solo las notas. También se valoran para la calificación final otras competencias de los alumnos en idiomas, instrumentos musicales o actividades de voluntariado.