En Our Europe comentamos noticias, libros, redes sociales, encuestas, programas de televisión, deportes o estrenos cinematográficos, casi siempre con una perspectiva europea.
Our Europe es la continuación del blog "europe@s" que, alojado en La Comunidad de elpais.com entre 2008 y 2014, obtuvo el premio de la Comisión Europea al "Mejor Post de Actualidad Europea" (2009).
Corríjame si me equivoco, pero tengo entendido que la delegación de El País en Bruselas es, después de la delegación en Washington, la más potente de su periódico. Tal vez por eso, hay cosas que no comprendo:
La Presidenta de La Comisión Europea, Ursula von der Leyen (Euronews)
Sin embargo, El País no ha dado esta información. Por este motivo, a las 22:35 horas de ese mismo día, me dirigía a usted por correo electrónico, interesándome por esta laguna informativa. A la hora de redactar estas líneas, tres días después, sólo he recibido una "respuesta automática del buzón de la Defensora", confirmando que se ha recibido mi correo.
Puedo comprender que los corresponsales en Bruselas estén muy atareados y que los asuntos europeos son tantos, tan variados y tan complejos que no puedan cubrir toda la actualidad europea. Lo que no comprendo es que, desde la Redacción de Madrid, no se haya reflejado esta información como ha hecho por ejemplo con otra noticia, publicada ese mismo día, que ustedes creerán mucho más importante para sus lectores: ****"Alemania amenaza con retirarse de Eurovisión si se veta a Israel"
Y lo mismo digo de la falta de respuesta de la Defensora del Lector a mi pregunta. También es posible que esté muy ocupada en otras tareas más acuciantes que las que le planteo, pero un simple "pronto le contestaré" o "estamos en ello" podría ser un anticipo suficiente.
Voy a terminar esta carta abierta diciendo que soy suscriptor de El País en buena medida porque tradicionalmente ha sido un periódico europeísta y ha destinado a Bruselas periodistas de la talla de Soledad Gallego-Díaz, Xavier Vidal-Folch o Bernardo de Miguel; y otro tanto se podría decir de una extensa nómina de periodistas destinados en otras capitales europeas.
En la actualidad, parece que El País, sin abandonar su información sobre Europa -no podría ser de otra manera- parece más volcado en asuntos (latino)americanos, calculando quizás las ventajas de un mercado de 400 millones de hispanohablantes. Me parece muy bien, pero calculen también el interés de ciertas noticias que de allí nos llegan a los lectores de aquí...
Aunque la polémica no es nueva, la publicación de La vida cañón, de Analía Plaza, y algunos de los titulares de las entrevistas que ha concedido a los medios para promocionar su libro, han levantado una (nueva) polvareda en torno a lo que ella considera una brecha generacional entre boomers y jóvenes.
1. "Empezaron a trabajar muy jovencitos...muchos a los 14 años". No es mi caso: empecé a trabajar con 26 años, después de terminar mis estudios y de un servicio militar de 14 meses (de los que pasé más de tres en un hospital militar, después de unas maniobras) y otros18 meses sin trabajo y sin cobrar el paro*.
2. "Les cuesta más reconocer que en su época era más sencillo comprar una casa": Me pude comprar una vivienda con 40 años, después de 14 años trabajando...y después de ser víctima de un fraude: nos hicieron firmar unas letras, no me entregaron la vivienda, pero tuve que seguir pagando las letras. Todo eso en un contexto de, al parecer, la "boyante" economía de los años 90.
3. "Hasta 1995 los precios eran más o menos razonables...los tipos de interés eran más altos, pero los precios mucho más bajos". Lamentablemente, no guardo ningún documento de lo que cobraba cuando me compré la casa. Lo que sí recuerdo es que andábamos bastante justitos y que la cosa se complicó cuando mi hija se fue a otra ciudad para iniciar sus estudios universitarios. En cuanto a los tipos de interés, eran como los de hoy...multiplicados por cinco!
3. La compra de la vivienda "les hizo empezar a tener hijos". En mi caso fue al revés: Mis dos hijos nacieron antes de poder comprarnos la vivienda. Si hubiéramos tenido que estar esperando...
4. "Desde 2008 no dan más del 80% del valor del piso para la hipoteca". No sé de dónde habrá sacado Analía Plaza esa información, porque ya en los años 90 los bancos exigían eso mismo.
5. "Y ahora que muchos se han jubilado están viviendo la vida cañón". No sé si mi vida puede ser tildada de cañón. Depende de con quién te comparen. Sobre mi padre, podría decir que se mató a trabajar, pero dentro de sus posibilidades, vivió como un marqués. De mis hijos no hablaré. Son ellos los que deben hablar y decir si están de acuerdo o no con Analía Plaza.
Pero que le digan lo de la vida cañón a los más de 2 millones de personas que cobran una pensión mínima o a las 460.000 personas que perciben una pensión no contributiva. O, como dice Luz Sánchez-Mellado, que se lo digan a los 500.000 parados de más de 55 años y a los trabajadores de 60 años que tienen que pagar los cuidados de sus padres nonagenarios y de sus hijos treintañeros.
En resumen: En una polémica, siempre estoy en contra de las generalizaciones. Creo que con Putin, Trump y
Netanyahu (por no hablar de Feijóo, Sánchez y cía.) ya tenemos bastante y que descubrir ahora una fractura generacional es como descubrir el Mediterráneo: ¿No ha sido así a lo largo de la historia?
Mañana, miércoles 10 de septiembre, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se dirigirá al Parlamento Europeo en un discurso sobre el Estado de la Unión (#SOTEU) en el que repasará lo que ha sido el primer año de su segundo mandato (2024-2025), esbozará las prioridades de la UE y anunciará nuevas iniciativas para los próximos años.
El repaso de su primer año de mandato va a ser complicado. Se puede decir de forma suave: ha sido un año difícil. O se puede decir de forma más fuerte: Ha sido su "annus horribilis". No solo por la moción de censura que tuvo que superar en julio y otras dos que se están organizando (una por la extrema izquierda y otra por la extrema derecha), sino por la forma en que ha aceptado sin rechistar las cláusulas leoninas impuestas por Trump en su "acuerdo" comercial.
Saludo de von der Leyen y Trump tras el acuerdo comercial (Euronews/AP)
Algunos responderán que Palestina no es tarea de Ursula. Y llevan toda la razón, porque aquí enlazamos con una de las críticas más frecuentes durante el último año: su presidencialismo. Se cree la presidenta de la UE, un cargo que no existe.
En la UE tenemos un presidente del Consejo Europeo (el portugués António Costa), una presidenta de la Comisión Europea y una Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores. En lugar de repartir las tareas, Ursula tiende a concentrarlas sobre su persona. Y otro tanto sucede con el trabajo de la Comisión Europea: Si el Consejo representa a los Estados, la Comisión representa a Europa, pero su labor está siendo fuertemente controlada, dirigida y deslucida por el ansia de protagonismo de Ursula.
¿De qué va a hablar en el apartado "Prioridades de la UE y nuevas iniciativas"?
Tiene dos posibilidades: o hacer lo que ha hecho en ocasiones anteriores (presentar grandes proyectos como la "Promoción de nuestro modo de vida europeo", el Pacto Verde, "Una Europa más fuerte en el mundo"...que cualquiera puede comprobar que han quedado o están quedando en agua de borrajas) o seguir el consejo, que comparto, de Arancha González Laya: "El discurso sobre el Estado de la Unión le ofrece una oportunidad para hacer reset".
Este verano me ha dado por leer libros de cine. La culpa la tiene Jorge Moreno (@historiador) que mantiene en X una página -El vicio impune de leer - que sigo con menos frecuencia de la que me gustaría, porque sus recomendaciones casi siempre son interesantes.
Gracias a sus sugerencias, he leído 100 documentales para explicar historia. Me atraía doblemente el título: Quería recordar esos documentales que ya había visto y tener noticia de los que me había perdido y la posibilidad de ver todavía alguno de ellos.
Pero ya sabéis lo que pasa: Un libro te lleva a otro. Y aunque no conocía a J.M. Caparrós Lera, su Historia del cine europeo (2003) llamó mi atención. ¿Cómo enfocaría Caparrós esa Historia? ¿Nos hablaría de un cine "hecho en Europa" (un cine francés, alemán, español...) o de un cine europeo (con unas características comunes distintivas de otras cinematografías)?
Caparrós divide su libro en tres partes: Cine mudo (1895-1930), Cine sonoro (1930-1958) y Cine Contemporáneo (1958-2000). En cada una de estas tres partes, nos muestra un catálogo de las principales "escuelas" o tendencias cinematográficas, directores y películas del cine europeo,
Lamentablemente, al finalizar la Universidad, me fui desconectando lenta y progresivamente del "Nuevo Cine Europeo", al que Caparrós dedica el capítulo XIX y que me ha sido útil para tener una visión de conjunto de películas que había visto sin ese hilo conductor.
Por mostrar una panorámica de cien años de cine europeo, por su carácter divulgativo, por las "fichas" de las películas comentadas más a fondo y por su voluntad de que el cine (y su libro) contribuya a los "Estados Unidos de Europa", el libro merece una buena valoración.
Pero, leído 20 años después de su publicación, algunas cosas se echan de menos:
La primera, describir las características del cine europeo. Caparrós no toca en ningún momento este aspecto que sin embargo es fundamental para dirimir si hay un cine hecho en Europa o si podemos hablar de un cine europeo.
La segunda, si Umberto Eco afirmaba que "la lengua de Europa es la traducción", aquí podríamos decir que "la lengua del cine europeo es la coproducción". Sin embargo, Caparrós despacha el asunto en dos líneas: "Paralelamente al Nuovo Cinema se produjo en Italia el fenómeno del Spaghetti Western, desarrollándose en Europa el sistema de coproducción".
Lo que no es razonable, resulta difícil de entender y más aún de explicar. Tal es el caso del acuerdo comercial al que han llegado EEUU y la UE el pasado 27 de julio, por el cual Estados Unidos impone a la Unión Europea:
- Unos aranceles del 15% a los productos europeos que entren en EEUU (para los productos de EEUU que lleguen a Europa no suben los aranceles).
- La compra de productos energéticos por valor de 750.000 millones de dólares.
- Inversiones europeas en EEUU por valor de 600.000 millones de dólares.
Naturalmente, este "acuerdo" comercial ha levantado ampollas en los medios (y en políticos de diversos partidos), que en esta ocasión no han ahorrado en (des)calificativos: "Patética capitulación", "genuflexión europea" "chantaje", "severa y rotunda rendición", "dramático episodio", "humillación"...
Negociadores (no todos contentos) del acuerdo comercial UE-EEUU (Foto: Comisión Europe
Las críticas han alcanzado de lleno a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen ("¿con qué derecho asume la señora von der Leyen esos compromisos en nuestro nombre?", pregunta Renaud Girard), y al equipo que ha "negociado" este acuerdo, al frente del cual está Maros Sefcovic (Vicepresidente de la Comisión Europea, Comisario de Comercio, etc.). Según ellos, se ha alcanzado el mejor acuerdo posible.
A la vista de los aranceles que Trump ha impuesto a otros países (Brasil, 50%; Suiza, 39%; Canadá, 35%, India, 25%...), la UE parece que ha salido menos perjudicada, pero...
Putin y Trump en una foto de archivo (Europa Press)
Y luego están las formas: En seis meses de mandato, Trump ha dinamitado las reglas de juego de la política internacional y de la diplomacia: Fin de la negociación y principio de la imposición. Adiós al multilateralismo y bienvenida al neoimperialismo.
¿Cuántos años llevamos hablando de la crisis del periodismo? Tal vez desde la llegada de internet y, más concretamente, desde la puesta en marcha de las redes sociales. Algunos pronosticaron entonces el fin del periodismo, lo mismo que unos años antes habían anunciado el fin del libro impreso. Sin embargo, el libro parece hoy más vivo que nunca. ¿Y el periodismo?
García Avilés ha tenido la amabilidad de responder a las preguntas que le hemos enviado por correo electrónico. No lo conozco personalmente, pero la primera impresión al leer sus respuestas es que son claras, sinceras, entusiastas y convincentes.
1. Antes de acceder a la cátedra de Periodismo en la Universidad de Elche, usted ha pasado por otras universidades europeas como Dublín, Sheffield o Klagenfurt: Valore esta experiencia. ¿Han contribuido estas estancias a conformar una visión europea de los periodistas innovadores?
Absolutamente. Esas estancias no solo han ampliado mi horizonte académico y profesional, sino que han afianzado una convicción personal: el periodismo innovador tiene una dimensión europea que afianza el espíritu de buscar soluciones y transformar la profesión. Trabajar en contextos tan diversos como Irlanda, Reino Unido o Austria me permitió ver que, pese a las diferencias culturales o económicas, los retos fundamentales del periodismo son comunes: cómo recuperar la confianza del público, cómo construir modelos sostenibles, cómo volver a conectar con las necesidades reales de la ciudadanía. En estos entornos, he aprendido que la innovación no consiste tanto en adoptar la última tecnología, sino en reapropiarse del sentido profundo de esta profesión: escuchar, interpretar y contar con rigor y empatía. Esta visión europea se ha consolidado en mí como un espacio compartido de reflexión, colaboración e intercambio de ideas.
2. El libro es el resultado de entrevistas con más de 30 periodistas y profesionales de 16 países europeos comprometidos con una renovación a fondo del periodismo: ¿Ha contado con algún tipo de financiación pública o privada para llevar a cabo esta costosa investigación o todo ha tenido que salir de su bolsillo?
“Águilas y colibríes: periodistas innovadores en Europa” es un proyecto personal, financiado con mispropios fondos. Aunque las entrevistas las hice vía online, sin desplazarme a los países, asumí el coste de la edición, maquetación, impresión y distribución del libro. En el camino he contado con el apoyo de personas maravillosas, como el periodista sevillano Javier Padilla, que se ha convertido en mi socio en este proyecto o mi sobrina, que elaboró la portada, y muchos amigos que ayudan en la difusión. Y la respuesta ha sido estupenda, a los dos meses agotamos la primera edición y la segunda está funcionando muy bien.
Las entrevistas y el proceso de escritura exigieron una implicación personal —no solo económica, sino también emocional y logística—. Creo firmemente que el periodismo y la universidad deben caminar juntos cuando se trata de investigar transformaciones sociales de esta magnitud. Afortunadamente, la investigación nace de mi experiencia en varios proyectos europeos sobre la innovación en los medios. Además, he contado con la generosidad de muchos profesionales que compartieron su tiempo, experiencia y visión sin esperar nada a cambio. Esa red de cooperación ha sido, en sí misma, una prueba del compromiso colectivo con el futuro del periodismo en Europa.
3. El futuro del periodismo está en la innovación y en regresar a sus raíces (y escuchar es una de sus claves). Los ejemplos que desarrolla en el libro (Mediapart, Re:Baltica, De Correspondent, Denník N...) así lo ponen de relieve. En términos de innovación periodística, ¿está Europa a la altura de otras regiones del mundo como EE.UU o América Latina?
Sin duda. Europa ha sido y sigue siendo un laboratorio riquísimo y muy diverso de innovación periodística. A menudo miramos a EE.UU. con admiración por su potencia tecnológica y su ecosistema mediático, y América Latina nos ofrece ejemplos valientes de periodismo independiente y pujante, en contextos muchas veces adversos. Pero Europa tiene su propia voz, hecha de matices, rigor y pluralidad. Medios como Mediapart en Francia, De Correspondent en Países Bajos, Denník Nen Eslovaquia o Re:Baltica en los países bálticos demuestran que se puede innovar desde los valores fundamentales del periodismo, con modelos de financiación sostenibles, compromiso ético y una clara vocación de servicio público. Europa está a la altura, especialmente si entendemos la innovación como un proceso humano y colectivo, más que como una carrera tecnológica.
4. El capítulo 4 habla de Liderazgo: ¿No le parece que algunas de las respuestas de sus entrevistados son lugares comunes o parecen sacadas de un Manual de Autoayuda?
Es comprensible que algunas expresiones suenen genéricas, pero eso no significa que carezcan de valor. Precisamente porque el liderazgo en las redacciones de los medios ha sido un tema tabú durante décadas, ahora estamos empezando a verbalizar cosas que deberían haber sido evidentes: el bienestar emocional, el respeto, la escucha activa. Estas no son consignas vacías, sino las bases para crear equipos periodísticos resilientes, creativos y comprometidos. En una profesión que tradicionalmente ha glorificado el estrés, la precariedad y el sacrificio personal, hablar de salud mental o de gestión empática no es banal: es profundamente necesario. A menudo, la innovación empieza por humanizar la redacción. Y eso pasa también por hacer preguntas tan simples —y tan revolucionarias— como “¿qué tal estás?” a tu colega de trabajo.
5. Como lector, tengo la impresión de que, lo mismo que sucede en otros sectores de la economía, de la política o de la sociedad, los periodistas innovadores hacen en cada país la guerra por su cuenta, que los intercambios entre redacciones son escasos. ¿Nos acercamos o nos alejamos del viejo sueño de unos medios europeos?
Esa impresión tiene algo de cierto, y también apunta un horizonte esperanzador. Es verdad que muchos proyectos innovadores nacen de contextos muy específicos, con recursos limitados y una lógica local, adaptada a las audiencias de ese entorno. Pero lo que he descubierto durante la investigación es que hay un creciente deseo de cooperación, una voluntad explícita de aprender unos de otros. Plataformas como el European Journalism Centre, redes de medios sin ánimo de lucro o iniciativas como Cross-border Journalism están creando puentes reales -y eficaces- entre las redacciones, favoreciendo el periodismo colaborativo, transnacional y multilingüe.
Quizás aún estamos lejos de unos “medios europeos” en el sentido clásico, pero nos estamos acercando a una conciencia europea del oficio: compartir problemas comunes, construir narrativas conjuntas, y sobre todo, defender valores compartidos frente a la desinformación, la polarización o la precariedad. Ese sueño no ha muerto. Está despertando en diversas formas y con nuevos protagonistas, algunos de los cuales aparecen en el libro.
Con motivo del 50 aniversario de la Transición, El Cultural ha pedido a seis jóvenes historiadores (todos nacidos después de 1975 y cuya edad media está por debajo de los 40 años) que hagan su valoración de esta etapa de nuestra historia, tan idealizada entre 1975 y 2008 y tan vilipendiada por algunos después.
Las preguntas que El Cultural planteaba a estos historiadores eran las siguientes: ¿Son fundamentadas las críticas a esa etapa?, ¿es preciso recuperar ese espíritu de concordia?, ¿Qué queda por contar de aquel capítulo?, ¿Quién fue el personaje clave?, ¿Qué problema surgido del pacto político urge solucionar ya?
Me gustaría comentar algunas de las afirmaciones vertidas en el texto:
Texto: La "España de todos" fue un logro intergeneracional protagonizado por la generación nacida en la posguerra...Juan Carlos I y Santiago Carrillo son personajes cruciales de ese período (Antonio López Vega, UCM).
Comentario: López Vega parece contradecirse: Juan Carlos I nació en 1938 y Santiago Carrillo en 1915. Pero si miramos la fecha de nacimiento de otros protagonistas de la Transición, sucede algo por el estilo: Fernando Álvarez de Miranda (1924), Alfonso Osorio (1923), José María Areilza (1909), Tierno Galván (1918), Fraga (1922), Raúl Morodo (1935), Torcuato Fernández Miranda (1915)...
Texto: La Constitución del 78 y el Estado de las Autonomías han demostrado que son un buen marco de convivencia (Nicolás Sesma, UGA)
Comentario: ETA y el desafío secesionista demuestran que esto no es así del todo.
Y añade Sesma: Siempre se podría mejorar, como la pendiente reforma del Senado, pero no creo que haya nada urgente.
Comentario: ¿Cuántos años llevamos hablando de la reforma del Senado? Yo creo que por lo menos desde el siglo pasado. En este sentido, Sesma no se muestra muy original, ni señala las dificultades para llevarla a cabo.
Texto: La Transición no obedeció solo al interés de las élites políticas que saltaron al barco de la democracia, sino al de una sociedad que ya se había hecho democrática (Santiago López Rodríguez, Universidad de Uppsala).
Comentario: Puede que los textos y documentos que maneja López Rodríguez le hayan llevado a esa conclusión. Desde luego, esa no es mi experiencia personal. Puede que en las grandes ciudades y universidades el empuje de obreros, estudiantes y otros colectivos fuera mayor que en provincias, donde me desenvolvía habitualmente...hasta mi ingreso en la Universidad. Incluso allí la movilización no tenía demasiada fuerza.
Por otra parte, ¿Una sociedad que ya se había hecho democrática? Es más fácil decirlo que demostrarlo. Se burlaba de mil maneras la censura. Se habían conquistado ciertos espacios de libertad, pero de ahí a la democracia...
Texto: La asignatura pendiente está en los archivos, pues hasta el del Vaticano es más accesible (César Rina, UNED).
Comentario: En EEUU desclasifican sus archivos en un periodo que va entre 10 y 25 años; en Gran Bretaña y Alemania, hasta 30 años; en Italia, 15 años prorrogables. EnEspañaseguimos el modelo francés, país donde los documentos se pueden desclasificar a los 50 años...prorrogables por otros 50.
El texto de Sandra Blasco (UNIZAR) abunda también en la falta de transparencia del nuevo sistema democrático ante la imposibilidad de acceder a los archivos.
Comentario: O sea que llevamos 50 años hablando de la Transición...¿en base a qué? A gustos personales, a modas historiográficas, a lo que nos han contado los periódicos...? Si es así, no me extraña que haya una historia de España de derechas y otra de izquierdas y que sea imposible ahora hablar de consenso.
Texto: Durante la Transición no se ha hecho el pertinente esfuerzo por la dignificación de las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura franquista...tampoco de las víctimas durante la democratización, provocadas por terrorismos de distinto signo o por funcionarios policiales (Víctor Aparicio, UPV).
Comentario: Qué trabajo está costando dignificar a las víctimas! Sí, es una asignatura pendiente. Pero hay otras de las que no se habla, a pesar de su rabiosa actualidad. Solo un ejemplo: la palabra corrupción no es citada ni una sola vez por ninguno de estos seis historiadores.