Diciembre europeo

 Este mes de diciembre está siendo prolífico en noticias europeas, muchas relacionadas con la Presidencia semestral del Consejo de la UE que ahora finaliza, otras relacionadas con la Cumbre del Clima, con la apertura de negociaciones para la adhesión de Ucrania a la UE, aunque en la mayoría de las ocasiones, la lectura de estas noticias se hace  más en clave nacional que europea.

Por ejemplo: el informe PISA ha levantado una polvareda en el mundo de la educación...y de la política. Algunos hablan de "batacazo" para subrayar que los alumnos españoles han bajado su rendimiento. Otros, remarcan las diferencias entre comunidades autónomas. Pero la realidad es que España está en la media de la Unión Europea. Deberíamos aspirar a mejorar los resultados, ir subiendo escalones en el ránking europeo, en vez de rasgarnos las vestiduras porque no estamos entre los primeros.

Lo mismo podemos decir del aniversario de la Constitución. Los expertos debaten sobre la necesidad (o no) de una reforma de la Constitución después de 45 años. Miquel Roca, uno de los "padres" de la Constitución se jactaba de que "queríamos que durase y ha durado" 

¿Por qué es más fácil introducir enmiendas en las constituciones de nuestros vecinos europeos? Llevamos más de veinte años hablando de la necesidad de reformar nuestra Constitución, pero nunca es el momento oportuno, bien sea por la situación política y económica nacional o internacional. Sin embargo, hay que recordar que la Constitución ha sido reformada (y con gran agilidad) en dos ocasiones (1992 y 2011) a instancias de la Unión Europea. 

¿Hay que esperar un toque de atención de la UE para poner en marcha las enmiendas que la Constitución necesita?

El informe PISA, la reforma de la Constitución, el papel de España en la Cumbre del Clima y tantas otras noticias (como la llegada de Calviño a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones) deberíamos proyectarlas en un contexto europeo y más ahora, a pocos meses de las elecciones europeas de 2024.

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El Pacto Verde Europeo y la Cumbre del Clima

 

               Cumbre del Clima de Dubái (COPS28) (Foto: EFE)

  Sin saber que ese mismo día arrancaba la Cumbre del Clima (COP28), el pasado día 30 de noviembre tuve la oportunidad de asistir a la mesa redonda "Pacto Verde Europeo", dirigida por María Teresa Fajardo dentro del ciclo Las tardes de Europa que organiza el CDE de Granada.  

    Miembros de la COP28 ratifican un fondo para daños del cambio climático (Getty Images)

Llevamos años oyendo hablar del Pacto Verde Europeo, pero ¿sabemos en qué consiste? Dicho de la manera más simple posible "es la respuesta europea al cambio climático", o dicho de otra manera: "es un conjunto de iniciativas que buscan la neutralidad climática (contaminación 0) de la Unión Europea para 2050".

Naturalmente, los retos planteados por el Pacto Verdes Europeo son inmensos:

- Significa cambiar de arriba abajo todo el modelo productivo actual: el consumo de energía de la industria, los transportes, las ciudades...en un plazo de 25 años.

- Hay que reducir un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero y plantar 3.000 millones de árboles de aquí a 2030.

- Se necesitan inversiones descomunales: Tan solo el programa RePowerEU movilizará unos 300.000 millones de euros.

Pero estas cifras mareantes no son el problema más importante. Tal vez más importantes son las dudas que el Plan genera:

                    Impacto de un ataque israelí sobre Ciudad de Gaza. (AP)

Aparte de que la invasión de Ucrania y de Gaza pueden suponer un importante retraso en las fechas propuestas, ¿Qué sucedería si la UE alcanzara la neutralidad climática en 2050 mientras China, EEUU, Rusia o India continúan contaminando a un nivel similar al actual? La respuesta podría venir de la Cumbre del Clima (COP28)  que se está celebrando estos días en Dubái.

 Digo "podría" porque los indicios no son muy halagüeños: Se ha criticado que esta cumbre se celebre en un Estado petrolero; es la primera vez que el presidente de una Cumbre del Clima -Sultan Al Jaber- es, a su vez, consejero delegado de una empresa petrolífera; la ausencia de Biden y Xi-Jinping, los presidentes de los dos países más contaminantes del mundo tampoco es una buena señal.

Tampoco acudirán a la cita Putin y Justin Trudeau, los máximos responsables de otras dos grandes potencias contaminantes (Rusia y Canadá).  A pesar de los esfuerzos de António Guterres, secretario general de la ONU, de la Unión Europea (España ejerce hasta fin de año la presidencia semestral del Consejo) de los informes científicos y de organizaciones como Greenpeace, de la opinión pública y de los medios de comunicación, esta va a ser una Cumbre "descafeinada".

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