Estábamos empezando a olvidarnos -con permiso de VOX- de los 40 años de Franco, cuando hemos empezado a conmemorar otro 40 aniversario: el de la firma del Tratado de Adhesión de España a la Comunidad Económica Europea (12 de junio de 1985).
Pero las circunstancias no han acompañado en esta ocasión:
En el ámbito internacional, estamos viendo cómo la extrema derecha quiere desmantelar la UE, y viviendo las presiones de EEUU a los países europeos de la OTAN para que aumenten sus gastos en Defensa hasta el 5% de su PIB (un gasto que España rechaza y sobre el que el FMI lanza severas advertencias), y asistimos impasibles a la matanza en Gaza y ajenos al ataque de EUU a Irán.
En el ámbito doméstico, y con el lema "mafia o democracia", el PP estaba elevando la crispación a límites insoportables ya antes del día 12, cuando empezaron a conocerse los informes de la UCO sobre Santos Cerdán y cuyas consecuencias parecen todavía imprevisibles.
Por todo esto, y si nadie me demuestra lo contrario, esta ha sido una conmemoración más triste que todas las anteriores (juntas):
No se sabe exactamente por qué motivos -pero podemos imaginarlos- ni la presidenta de la Comisión Europea ni la presidenta del Parlamento Europeo han asistido a este acto, en el que Sánchez ha recalcado "la bonanza económica, social y democrática que Europa ha aportado a España".
No sé si la ausencia de Ursula von der Leyen y Roberta Metsola es justificada. Lo que me parece injustificable es la ausencia de TODOS los expresidentes del Gobierno, los representantes del PP y Vox y los ministros de Sumar.
Detalle del acto (Europa Press)
Si a eso le añadimos las caras largas de buena parte de los asistentes y los discursos puramente institucionales, podemos comprender que, casi lo único que ha trascendido a los medios de esta celebración, es la guerra de influencers.
Ni Europa ni España se merecen esto.
Visto lo visto, ¿no hubiera sido mejor celebrar este aniversario en otro momento?
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