2024 va a ser un año de elecciones en todo el mundo: Desde Rusia a Pakistán y desde Irán a EEUU...pasando por las elecciones europeas. Si miramos un mapa, veremos que estas elecciones afectarían a más de 2000 millones de personas en todo el mundo (400 millones en la Unión Europea).
Las elecciones europeas serán a primeros de junio. Parece una fecha un tanto lejana, pero ya se empiezan a notar los primeros movimientos en los partidos, en las instituciones europeas y en las redes sociales (Véase por ejemplo en X: @BernardodMiguel, @claudiperez,@EliseoOliveras, @Suanzes, @nacho_alarcon, @beanavarro, @IdafeMartin...)
En los partidos, por ejemplo, los socialistas europeos han designado ya a su cabeza de lista (1) para las próximas elecciones al Parlamento Europeo. Se trata de Nicolas Schmit, actual miembro de la Comisión Europea (odio la palabra comisario), pero poco conocido (al menos por estas tierras), lo cual genera ya las primeras especulaciones: los socialistas no están interesados en una futura presidencia de la Comisión Europea.
Entre las instituciones europeas, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, está enviando "mensajes personales" a través de correo electrónico para promover la participación. En su mensaje afirma, entre otras cosas, que según el Eurobarómetro "siete de cada diez encuestados están dispuestos a votar (...) pero la intención de voto no siempre se traduce en que la gente acuda a las urnas".
Pone así el dedo en la llaga: el eterno temor de las instituciones europeas a una baja participación y el avance de la extrema derecha. El temor llega a tal punto que Margaritis Schinas, vicepresidente de la Comisión Europea, ha pedido a Taylor Swift su apoyo para movilizar el voto de los jóvenes.
En OUR EUROPE opinamos que Schinas se equivoca y que el mensaje de Metsola tendría más fuerza si lograra convencer a su partido (PPE) de que debería continuar con la política de "cordón sanitario" a la extrema derecha.
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(1) En el caso hipotético de que los socialistas europeos fueran la fuerza más votada (cosa harto improbable) en las elecciones europeas, Nicolas Schmit podría ser nombrado presidente de la Comisión Europea
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Bueno, pues acudiremos a ellas. Lo triste, una vez más, es que se vote con tanto recelo en las europeas. Algo viene fallando desde un principio, tal vez el que se crea que sean una jugosa jubilación política para muchos.
ResponderEliminarSí, algo falla, Fernando: las malas lenguas hablan del Parlamento Europeo como "cementerio de elefantes". Yo desde luego no me iría a Bruselas cinco años por una jugosa jubilación...". Pero vaya, que "hay gente pa tó"
EliminarHola Emilio: Gracias por despertarme del letargo europeo, y darme a conocer una serie de detalles inminentes sobre el volumen exagerado de las instituciones europeas.
ResponderEliminarMe ha entrado la curiosidad sobre esa reunión de jóvenes alentadores de la participación europea en La Cabrera (Madrid). No supe de su existencia, no para ir, claro, sino por conocer única y exclusivamente. Y me ha entrado perplejidad, además, al recordarme la cifra de diputados europeos (720): ¡una voluminosa cantidad. Hay que ver!.
Me sorprende, Blas, que hables de tu letargo europeo. Contraría mi opinión sobre ti. Si te resulta curioso lo de La Cabrera, echa un vistazo a las direcciones de Twitter que apunto. A lo mejor hay alguna que te interesa seguir. Sí el número de diputados (y sus sueldos) parecen excesivos (por no hablar de mantener dos sedes).
EliminarBueno, Emilio, 'letargo europeo' en el sentido temporal del término, ya que hay detalles que, si bien conoces, no las retomas todos los días. No los piensas. Los dejas ahí en el 'letargo' de tu vida. De vez en cuando, los despiertas y siempre -o a veces- te sorprenden. Al menos, a mí me pasa.
EliminarOf course!
EliminarY hablando de cosas voluminosas. No hablemos del número de idiomas oficiales en la UE: 24. ¡Madre mía!.
ResponderEliminarY ahora estos 'memos' estan incentivando para que haya otros 3 más ¿y por qué no el bable o el castúo, también?. ¡Cuanta imbecilidad hay en este mundo. Creo que me voy a bajar!.
En realidad, los más usados son el inglés y el francés. El problema es espinoso (por no decir j*did*): Después del brexit, ¿suprimimos el inglés? Si ponemos el alemán como lengua de trabajo nº1, los franceses...(y viceversa).
EliminarUn abrazo!