Los pronósticos sobre los resultados de las elecciones en Italia se han cumplido: ha ganado la extrema derecha. El partido Hermanos de Italia (FdI) ha sido el más votado (26%) y, casi con seguridad, Georgia Meloni será la primera mujer al frente del Gobierno italiano.
Salvini, Berlusconi y Meloni, líderes de la coalición de derechas que gobernará ItaliaPero los medios, en general, no se han hecho eco de la observación de Paolo Flores d´Arcais: "el porcentaje de votos de de la derecha suma un 46%; el de la izquierda, centroizquierda y centro, un 52%".
¿Qué ha pasado?
Aparte de que la Ley Electoral italiana favorece las coaliciones, los votantes castigan los personalismos y las rencillas dentro y entre partidos "hermanos", no podemos olvidar que el Partido Popular Europeo (PPE) ha pasado de la estrategia del "cordón sanitario a la extrema derecha" a dar su bendición a la coalición que ha ganado en Italia.
Weber, presidente del PPE y Tajani, el "agente" de Meloni en Bruselas (EFE)La llegada de la extrema derecha al poder va a significar sin duda cambios para Italia: con su pan se lo coman. Pero lo que nos interesa aquí es si va a significar cambios importantes en la Unión Europea.
Los titulares de estos días hablan del temor, de la inquietud, la incertidumbre, incluso la amenaza que supone Meloni para la UE. Pero parece difícil que, por ambas partes, la sangre llegue al río:
Es cierto que Meloni ha hecho en el pasado duras declaraciones contra la UE. Por ejemplo, con motivo del Brexit (2016): "Esta UE ha fracasado. No es posible reformarla desde dentro porque está podrida hasta en sus cimientos..." ( Andrea Rizzi).
También clama contra la "burocracia de Bruselas" y contra el lobby financiero europeo. Lo que no sabemos si estas proclamas forman parte de una retórica propia de los mítines de una campaña electoral. Por lo pronto, tras su victoria electoral, declaró:
"Las condiciones en las que Italia y la UE se
encuentran son particularmente complejas, necesitamos la contribución de todos
y un clima sereno, así como respeto mutuo".
Por su parte, la Comisión Europea se muestra dispuesta a
colaborar con cualquier gobierno salido de las urnas, pero no hay que olvidar
que la Comisión Europea ha propuesto congelar 7.500 millones de euros de losfondos europeos a Hungría, lo que supone una seria advertencia a Italia que,
con una Deuda del 150% del PIB, espera
200.000 millones del Fondo de Recuperación Europeo.
En resumen:
- No hay Italexit...de momento.
- Es poco probable que Meloni llegue a un enfrentamiento
con la Comisión Europea como el llevado a cabo por Víctor Orbán en Hungría.
- Italia pierde la oportunidad de liderar el proyecto
europeo como lo ha hecho históricamente con figuras como Alcide de Gasperi o
Altiero Spinelli. Ahora jugará en Segunda División con los equipos de Le Pen, Orbán, Abascal...
- Macron, Scholz o Sánchez tendrán que emplearse a fondo para reconducir sus relaciones con Italia. Todavía está reciente el encontronazo entre Macron y Salvini. Habrá que esperar las próximas semanas para ver los primeros pasos del nuevo gobierno italiano...
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Esperemos, como dices, que la sangre no llegue al río. Pero hay algo que me preocupa en las elecciones, y es la gran abstención que hay y, particularmente, se la achaco a los mismos políticos.
ResponderEliminarEs increíble, pero en Italia prácticamente han desparecido el partido socialista, la democracia cristiana y el partido comunista. De los polvos de Berlusconi en los años 90, estos lodos...
ResponderEliminarBueno, opino como nuestro querido "autor-europeista". No creo que la Meloni llegue al enfrentamiento con la Comisión Europea.
ResponderEliminarUn abrazo, desde Vang Vieng, Laos.
Una cosa son nuestros deseos, Blas, y otra los rabotazos que pueden dar unos y otros.
EliminarNo concreto más. Ahora, concéntrate en tu viaje y cuéntanos cuando tengas ganas