No todas las preguntas tienen fácil respuesta. Algunas parecen irresolubles hoy, pero con el paso del tiempo vamos obteniendo respuestas parciales, pistas que nos ayudarán a completar el puzle.
Dos publicaciones recientes vienen a responder a la pregunta (europea) del millón:¿por qué no tenemos hoy, 65 años después de la fundación de la Comunidad Económica Europea, una opinión pública europea (OPE)?
Juan Luís Cebrián, director de El País hasta 1988, en su artículo "Un europeísta del nuevo renacimiento", escrito con motivo del fallecimiento de Eugenio Scalfari, recuerda que los editores, ya en los años 80, eran conscientes de que no es posible una Europa Unida sin una opinión pública europea y repasa las dificultades para crear un grupo periodístico europeo:
Eugenio Scalfari, fundador del diario italiano La Repubblica y "europeista genuino" (J.L. Cebrián dixit)"El periodismo moderno, tal como lo habíamos conocido, debía al nacionalismo tanto como este a los diarios que lo apadrinaron". Es decir, nacionalismo y periodismo se retroalimentan creando un bucle del que es difícil (por no decir imposible) salir. Los periódicos (y las televisiones) nacionales pueden dar noticias sobre Europa, pero contribuyen a duras penas a una OPE.
María Ramírez, subdirectora de eldiario.es, acaba de publicar El Periódico, un libro donde repasa 25 años de periodismo en Internet. Ramírez fue Corresponsal de El Mundo en Bruselas (2005-2011) y reconoce:
A los 28 años "mi conocimiento de la UE se limitaba a unas pocas clases de política internacional, sobre tratados y generalidades que sin duda habían quedado anticuadas. Varias personas a las que ofrecieron ese puesto de corresponsal en Bruselas habían dicho que no, pero yo lo acepté sin pedir ni unos minutos para pensarlo" (p.104).
Y más adelante, "Como novata en Bruselas no controlaba los detalles de aquella negociación" (se refiere al Consejo Europeo en el que se aprobaron los presupuestos europeos de 2005-2012). En las páginas siguientes, Ramírez ofrece respuestas a esa bisoñez: "Bruselas requería paciencia, lectura, especialización y trabajo constante...".
Algunos medios han aprendido esta lección, sobre todo a raíz de la crisis del euro y de la pandemia. Pero un proyecto periodístico europeo parece hoy más lejano... pero más necesario!
"Bruselas requería paciencia, lectura, especialización y trabajo constante...", dice Ramírez. Yo añadiría también "empatía y visión de futuro". El nacionalismo es antiguo, pacato,... y manipulable. ¿No vemos hoy a los ciudadanos catalanes manipulados? (¡No puedo con el tema!).
ResponderEliminarUn abrazo, Emilio.
[V(B)iajero Insatisfecho].
Pues sí, Blas: mucha empatía. Como diría un colega "empatía en cantidades industriales". Pero si difícil es hoy conseguir esa empatía, más difícil es alcanzar una visión de futuro. Hace unos años esta visión parecía clara, pero ahora PARECE que estamos desandando el camino.
EliminarEl tema de los catalanes necesitaría no un post, sino una serie, pero no te encocores!
Un abrazo desde Málaga.
PD. por si te interesa, ayer vi un tuit de Bernardo de Miguel en el que anuncia que deja de ser corresponsal de El País en Bruselas,
Vuelvo a repetir que la UE es más una desunión que una verdadera unión en el sentido amplio de la palabra.
EliminarMe pregunto, Fernando, qué podemos hacer para acabar con esa desunión, para poner las bases, como tú dices, de una verdadera unión.
Eliminar