domingo, 27 de octubre de 2024

Vivir peor que nuestros padres

 

Estos días estaba leyendo el libro "Vivir peor que nuestros padres", de Azahara Palomeque. Me preguntaba qué podía contarnos a los boomers que no sepamos:

Mis hijos son de su edad, emigraron a Londres en los años de la Gran Recesión y, después de casi diez duros años, han regresado con distinta fortuna a casa, donde se han encontrado con una pandemia primero y con guerra en Ucrania y Gaza.

Pero esa pincelada de brocha gorda no es suficiente para describir los cambios de esa década. Muchas de las instituciones democráticas han entrado en crisis y estamos pasando o hemos pasado de una economía industrial a una economía de servicios, una sociedad consumista y mucho más desigual.

La sanidad y la enseñanza pública están por los suelos. El empleo se ha precarizado hasta tal punto que ya no hablamos de la clase trabajadora, sino de un precariado sin acceso a la vivienda, sin proyecto de futuro, sin hijos...



Todo esto no es que los padres no lo supiéramos: es que lo estamos sufriendo en nuestras costillas. Qué nos aporta entonces Palomeque?

Lo que Palomeque nos aporta es una ración de pesimismo cuando descubre  su particular "mediterráneo": una fractura generacional entre boomers y millennials. Como si fuese la primera de la historia!

Los que crecimos en el último franquismo no tuvimos las puertas abiertas laborales "derivadas de la construcción de un país nuevo a partir de la Constitución de 1978" (p.55). Una Constitución no crea nuevos puestos de trabajo. Antes al contrario esos años fueron laboralmente muy duros:

Además de los problemas derivados de una transición política, España tuvo que absorber el retorno de emigrantes (y la pérdida de sus importantes remesas que, no lo olvidemos, tanto habían contribuido a los planes de desarrollo de Franco) como consecuencia de las crisis del petróleo de 1973 y 1979 y de la necesidad de preparar su economía para entrar en la CEE.

Es verdad que nuestros hijos viven en unas condiciones más precarias que sus padres. Pero de eso, aunque los boomers no tenemos la culpa, creo que la mayoría no tendríamos reparo en pedir perdón, como Palomeque nos solicita...si con este gesto contribuimos, si no a que nuestros hijos tengan acceso a la vivienda, por lo menos a soldar esa brecha generacional.

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Músicas de Europa:





viernes, 11 de octubre de 2024

Las cosas (europeas) de palacio van...


A Ursula von der Leyen se le llena la boca hablando de competitividad, pero ¿pasaría la nueva Comisión Europea un examen de competitividad? Veamos:

A principios de junio se celebraron las elecciones al Parlamento Europeo. El Partido Popular Europeo (PPE) obtuvo mayoría y su candidata principal  a presidir la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, fue (re)elegida presidenta de la Comisión a mediados de julio. 

Han pasado 4 meses desde las elecciones europeas, pero tres meses después de ser reelegida su presidenta, la Comisión Europea está hoy en funciones. Se conoce el organigrama y el nombre de los miembros del nuevo Ejecutivo comunitario, pero los miembros de su anterior Gabinete siguen en sus puestos.

                            Miembros de la nueva Comisión Europea (2024-2029)

Por ejemplo, Kaja Kallas va a ser la nueva "ministra" de Asuntos Exteriores de la UE, pero Borrell sigue siendo hoy el jefe de la diplomacia europea y como tal se dirigió hace unos días a la Asamblea General de la la ONU para expresar su preocupación por los bombardeos de Israel en Líbano.

¿Por qué el nuevo "gobierno" de Ursula no ha echado ya a andar? 

Sencillamente porque cada comisario debe pasar el "examen" del Parlamento Europeo. En circunstancias normales, los nuevos comisarios superan con facilidad esta prueba, pero en las actuales circunstancias (con Ucrania y Gaza como telón de fondo) Ursula pretende aupar al ultraderechista  Raffaele Fitto nada menos que a una Vicepresidencia de la Comisión  (Cohesión y Reformas).

Es previsible que los exámenes de los comisarios se prolonguen más allá del 1 de noviembre. Para esas fechas habrá pasado casi medio año desde las elecciones europeas. Es difícil que los nuevos comisarios "aterricen" en Bruselas antes de Navidades.  

Después habrá que darles cien días para organizar sus equipos y ver si sus primeras iniciativas coinciden, sobrepasan o se quedan cortas respecto a los proyectos de Ursula. Es decir, casi un año en barbecho.

Una de las críticas más frecuentes (y certeras) a la Unión Europea se refiere a su lentitud: no solo para ponerse de acuerdo, también en la toma de decisiones, en la aplicación de sus directivas...y en las dificultades para formar una nueva Comisión Europea.

Y sin embargo, no parece que este asunto se encuentre entre las prioridades de la nueva Comisión...

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Músicas de Europa:


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