El pasado día 10 de marzo falleció el historiador británico John H. Elliott, "el maestro británico de hispanistas" y referencia fundamental para varias generaciones de historiadores españoles que, durante la Dictadura, no tenían la posibilidad de investigar ni de enseñar la Historia de España.
John Elliott recibe el I premio Órdenes Españolas de manos del reyNuestro país siempre tendrá una deuda de gratitud con esa legión de hispanistas que, como Elliott, han dedicado sus vidas a difundir una imagen más ajustada de España en el contexto europeo.
En Memoria de hispanismo. Miradas sobre la cultura española, Joaquín Álvarez Barrientos ha reunido los recuerdos de un buen grupo de hispanistas que llegaron a España a partir de los años 50 y 60 y han desarrollado su actividad casi hasta nuestros días.
De su lectura entresaco algunas imágenes de lo que fueron aquellos años: a los que los vivieron, les traerán recuerdos y quizá una sonrisa. A los que todavía no habían nacido les dará algunas pistas de cómo era este país no hace tantísimos años.
A Hans-Joachim Lope, por ejemplo, le llamó la atención en su primer viaje a Zaragoza (1958) que "las piedras que se necesitaban para la construcción en el centro de la ciudad se transportaban con asnos y se alzaban al tercer piso en cestos de paja" (p.16).
Jean Canavaggio llegó a España en 1954: "atravesé la frontera. El viaje en coche, por carreteras con tráfico casi nulo, me reveló la meseta castellana, produciendo en mí una fuerte impresión, y mis excursiones a Segovia, el Escorial y Toledo robustecieron mi vocación" (de hispanista). No le pasa lo mismo con Madrid en la que nota "un marcado desfase con otras capitales europeas donde había estado anteriormente" (p.36).
Carlos Blanco Aguinaga recuerda una procesión en Tarifa hacia 1963: "precedida de la Guardia Civil, seguida de muchos curas y, detrás de una Virgen que llevaban a cuestas sudorosos y agotados peones, cerrada por prepotentes señoritos a caballo" (p.82).
Clara E. Lida, tras dedicar varios meses de 1967 en archivos de Holanda, Inglaterra y Francia, llega a España y encuentra que " en contraste con otros países, los archivos españoles eran verdaderamente caóticos y los catálogos prácticamente inexistentes o inútiles. El siglo XIX era, junto con el XX, el menos estudiado, el peor catalogado y el de más difícil acceso"(p.97).
Edward Baker afirma: "llegué a Madrid en el verano de 1961, y mi primera impresión era que la Guerra Civil había terminado poco antes, si es que había terminado(...) La España que yo conocí en 1961 vivía de espaldas al mundo. La dictadura había instaurado una visión maniquea del mundo en la que España era la reserva espiritual de Occidente...(pp.105-113).
Para Antonio Morales Moya "La atracción ejercida por España sobre estudiosos extranjeros en los dos últimos siglos supone un fenómeno excepcional sin parangón con otros semejantes en la historia universal" (p.170).
¿Está llegando esta atracción a su final? Esta es la pregunta que deja en el aire Álvarez Barrientos y lo que parece sugerir el titular del artículo de Luis Alemany en su despedida a Elliott.
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Buenos días, Emilio. Basándome en lo que me enseñaron mis profes más progres de la uni, los hispanistas como Elliot o Preston, extranjeros, podían ser más objetivos, sobre todo con la histoia más reciente. Cualquiera de nosostros tenemos una visión subjetiva respecto, por ejemplo, a la G. C., el franquismo e incluso la Transición, sencillamente porque nuestras familias e incluso nosostros hemos estado involucrados en uno u otro bando, de lo cual es difícil desprenderse para intentar esa objetividad, ese espíritu crítico necesario y nunca alcanzable. También ellos carecen de una objetividad total pero al no al ser parte de esa historia pueden ser más realistas.
ResponderEliminarTú, como yo, seguro que tenemos nuestras tendencias y eso puede verse muchas veces en nuestra biblioteca. Personalmente, prefiero leer a Preston o Tussell antes que a De la Cierva; aunque la verdad es que creo que deberíamos, igual que hacemos con la prensa, informarnos con varias fuentes y así llegar a tener una visión ¿más qué? ¿Objetiva? ¿Subjetiva? ¿Una que pensemos es la más cercana a la realidad? ¡Qué difícil es entender la historia!
La obra de la que hablas de Joaquín Álvarez Barrientos me ha despertado cierta curiosidad.
Respecto a lo que dice Clara E. Lida de nuestros archivos, la variación ha sido poca y seguimos muy atrasados con la digitalización.
Un abrazo.
Hola Mercedes, se ve que eres bastante más joven que yo, porque a ti te enseñaron profes progres. Ya sé que solo serían unos cuantos, pero por lo menos tendrías dónde contrastar lo que decían los otros.
EliminarEn mi caso, te puedo decir que tuvimos que hacer, no todos, lo que hoy se llamaría una "doble titulación": memorizar los peñazos que nos soltaban en clase y leer y aprender de los libros, asambleas, pelis, conversaciones y panfletos que circulaban fuera de las aulas. De la prensa, radio y TV poco podíamos sacar...
Los profes querían ver reflejados en los exámenes sus apuntes y aunque citaran de pasada a R. Carr o a Elliott, muchos compañeros no los leían porque les interesaba más sacar buena nota, presentarse a oposiciones y vivir la vida.
En cuanto a la objetividad, yo siempre lo he tenido claro: la objetividad absoluta no existe. Tienes que ser honesto y, por supuesto, no pontificar y todo lo demás que no repito porque tú ya sabes.
Leyendo los recuerdos de estos hispanistas he sentido una gran envidia, no solo porque en sus países los archivos y las bibliotecas estuvieran organizados y los nuestros, no (otro día hablamos de la ley de secretos oficiales). Es por cómo funcionaba en esos años ya todo el sistema universitario: No había Erasmus, pero disfrutaban de becas y otras ayudas que les permitían pasar estancias más o menos prolongadas en nuestro país que les permitían empaparse bien de nuestro pasado y de nuestro presente, de nuestra historia y de nuestra forma de ser. Instituciones como la Casa de Velázquez son envidiables.
Bueno, Mercedes, gracias por tu comentario y si el libro de Álvarez Barrientos despierta tu curiosidad, me alegras el día.
Un abrazo
La verdad es que es de admirar la labor de estos individuos, venidos de fuera, verdaderos apasionados de nuestra historia y tradiciones ¡qué le importaría a Elliot el Conde Duque de Olivares!, por ejemplo. Un hurra, para ellos.
ResponderEliminarUn abrazo, desde Kigali.
No sabes lo que se agradece que te pases x aquí desde Kigali, más si cabe con la que está cayendo y en un día que me encuentro pachucho. Un abrazo desde Andalucía, la tierra que conquista a los conquistadores
ResponderEliminarHola Emilio! Contenta me sentire su ya has salido de tu "pachuchez" Jajaja! Sera un atracon de desinformacion, seguro.
ResponderEliminarSi, verdad como dices que tuvimos, al menos, ola suerte de contar con esos HISPANISTAS que nos permitieron ver la otra cara de nuestra gloriosa historia imperial...
Fijate! Ahora en este pais el gobierno habla de reescribir la historia, de contar "la verdad" a proposito de las invasiones, aculturacion, dominio musulman...
Imponer esta nueva version VERDADERA en las escuelas...
Claro, por ahi empieza la deformacion.
Bssss
Pues no, Igoa: no ha sido un atracón de desinformación, sino una atracón viral: me he hecho tres test de antígenos en una semana y todos han salido negativos. Pero vaya que los síntomas eran un tanto parecidos...
EliminarSupongo que para ciertos historiadores "profesionales" o para ciertos historiadores-estrella, el papel de los hispanistas no habrá sido bien recibido. Pero supongo que la mayoría de los que hemos estudiado historia sí los apreciamos de veras.
En cuanto a lo de reescribir la historia, podríamos estar aquí comentando hasta el día del jucicio...Cuando llegó la democracia creíamos que la historia no iba a sufrir más bandazos y sin embargo...
Y si miras en otros países, pasa lo mismo: En Francia, Alemania, en Polonia, cada día se descubren documentos que cambian la historia que nos han contado. Ahora Putin quiere reescribir la historia de Ucrania...y la de Rusia!
Bss
Casi todos los grandes hispanistas son extranjeros. Vaya país que encontraban en aquellos años!
ResponderEliminarEn el libro se explica que, hasta hace "poco", hispanistas eran sólo los autores extranjeros que escribían sobre España. Algunos autores españoles incluidos en el libro dicen sentirse "raros" con este título.
EliminarEn cuanto al país que encontraron, es el que hemos recibido y al que, me temo, podemos regresar en cualquier momento...