miércoles, 19 de septiembre de 2018

La Comisión Europea propone suprimir el cambio de hora


"Hoy, la Comisión Europea propone suprimir el cambio de hora. Tal como exige el principio de subsidiariedad, son los  propios Estados miembros quienes deben decidir por sí mismos si sus ciudadanos se rigen por el horario de verano o por el de invierno", ha dicho Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, en su discurso  en el Parlamento Europeo sobre el Estado de la Unión 2018 (SOTEU).

La pregunta es: ¿No resulta un tanto apresurada esta propuesta de Juncker?


Alguno dirá que llevamos más de veinte años discutiendo sobre las ventajas y los inconvenientes de adelantar los relojes en marzo y retrasarlos en octubre. En los años 70 y 80 nos vendieron las ventajas, básicamente el ahorro en la factura del petróleo. 


Pero a partir de los años 90 comenzó a hablarse de los inconvenientes ( el ahorro  apenas supone menos del 2,5% de la factura energética) y, sobre todo, de los biorritmos humanos 
( pérdida de sueño, sensación de cansancio, déficit de atención...).

Desde 2001, una directiva europea  obliga a los países de la UE a realizar esos cambios de horario. ¿Qué ha sucedido ahora para que la Comisión trate de dar marcha atrás?






La Comisión Europea puso en marcha una encuesta en el mes de julio en la que han participado 4.600.000 ciudadanos europeos. Casi el 80% de los encuestados se ha mostrado contrario al cambio de hora.

 ¿Por qué resulta apresurada la propuesta de Juncker?


Sencillamente porque la Comisión Europea no puede esgrimir los resultados de un sondeo (en el que, por ejemplo, han participado más de tres millones de alemanes frente a menos de 90.000 españoles) como si de un referéndum se tratase.


Además, el principio de subsidiariedad, presente en los Tratados europeos desde 1992, ya se debió tener en cuenta a la hora de poner en marcha, diez años después, la directiva sobre la hora de verano.  


La propuesta de Juncker hay que entenderla en clave electoral. Por muy lejanas que nos parezcan, apenas faltan ocho meses las elecciones europeas. Pero el temor a un Parlamento Europeo dominado por euroescépticos y eurófobos es ya una pesadilla.


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4 comentarios:

  1. Si, si. El tema esta así, tal y como tu lo planteas y analizas. No es un referendum ni nada que se le parezca, y entonces ¿por qué lo utiliza Juncker como si lo fuera?. Y ahí vienes tu con ese final inquietante: "un Parlamento Europeo dominado por euroescépticos y eurófobos". Inquietante para muchos europeos que creemos en el PROYECTO europeo, que vemos ventajas más que inconvenientes, y que pensabamos que en Europa se movían otros hilos politicos diferentes a los nacionales: ¡¡inocente que es uno!!. Un abrazo.

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    1. Hola Blas: la propia Comisión lo planteó como un sondeo y no como referéndum. Sin embargo, la reacción de la comisión es como si se viese obligada a actuar con rapidez (los resultados se conocieron el 31 de agosto y la propuesta de Juncker es del 12 de septiembre) sobre el resultado de un referéndum.
      El temor a eurófobos y cía. va a estar muy presente en esta campaña. Sería paradójico su triunfo en el PE. Pero también parecía imposible la victoria de Trump y mira...
      Un abrazo!

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  2. Hola, Emilio!
    Con "miedo" o sin miedo, si no es referendum no deberia ser tomado como tal, por que en ese caso estariamos entrando en el terreno movedizo de las justificaciones a priori.
    Miedo, mas miedo me da a mi el exito creciente de los "eurofobos y cia., de los ultranacionalistas que parece que se proyectan como los salvadores de este mundo caotico, los unicos!
    Fijate lo que pasa en Brasil... y por aqui cerca...
    Un abrazo

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  3. Sí, es verdad, Igoa: Desde Trump y el Brexit, parece que vamos de mal en peor: Orban, Salvini, Le Pen, Bolsonaro...y ahora Vox en España!
    Hace unos años nos quejábamos de los euroescépticos. Pero ahora éstos son unos santos al lado de todo lo que está saliendo: ¡Malos tiempos para la lírica!
    Un abrazo

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