La última llamada es el título de la serie documental que estos días está emitiendo Movistar+ en la que se repasa la trayectoria de los cuatro expresidentes vivos de la democracia en nuestro país: Felipe González, José María Aznar, José Luís Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.

Creada por Álvaro de Cózar y dirigida por Cibrán Isasi, si tuviera que resumir en un titular mi valoración, diría que se trata de un producto televisivo de calidad, algo de lo que adolecen hoy muchos de los programas emitidos por las televisiones españolas (públicas o privadas).
Bueno, calidad siempre que tengamos en cuenta su propósito: "Hablar de la soledad del poder, cómo se tomaron las decisiones más importantes solos". González tuvo que decidir si liquidaba a la cúpula de ETA (la policía le había informado de una reunión en el sur de Francia).
Aznar tuvo que hacer frente al 11-M y Zapatero, a la crisis de 2008. Rajoy se topó con la crisis del euro y con el momento álgido del independentismo catalán, al que aplicó el 155.
La serie ahonda en estas y otras situaciones-límite que los presidentes debieron afrontar, siempre subrayando "el factor humano", pero deja en el aire otros muchos factores históricos. Por ejemplo:
En el capítulo de Rajoy, el último presidente de la derecha española (de momento), no se toca un tema que está de plena actualidad: la creación del Sareb.
La Sociedad de gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) o "Banco malo" que el gobierno de Rajoy, con Luís de Guindos como ministro de Economía, nos vendió que no iba a costar un 1€ a los españoles.
La realidad es, según Eurostat, que la crisis bancaria nos ha costado a los españoles más de 72.000 millones de euros, la factura más alta de Europa (más del doble de lo que le costó a Grecia y el triple de Portugal).
Supongo que nuestros expresidentes estarán la mar de contentos: la serie les da voz, se encuentran arropados por las declaraciones de sus ministros y asesores, no han necesitado en ningún momento pedir perdón por los errores cometidos, y las voces críticas brillan por su ausencia.
He visto en las redes comentarios del tipo: "Después de ver la serie, he visto cuarenta años de historia de nuestro país". Que nadie se engañe: hemos visto un buen documental que humaniza, pero también masajea, a nuestros presidentes. La Historia es otra cosa.
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Noticias elacionadas:
- Rajoy se lanza a la literatura aforística
- La historia que nos han contado de la Transición es mentira (N. Sartorius)
En el capítulo de Felipe González y su cambio de opinión respecto a la entrada de España en la OTAN, se dice a manera de justificación que "estábamos en plena Guerra Fría", algo que no es cierto (por no decir que es mentira): El referéndum sobre la OTAN fue en 1986 y poco tiempo después caía el Muro de Berlín (1989).
ResponderEliminarPor cierto: hoy, 9 de noviembre, hace 36 años que cayó el Muro de Berlín. Alguien dijo que "contra el Muro vivíamos mejor".
ResponderEliminarTocas mucho y hay mucho de lo que hablar. Creo que estamos sufirnedo desde 2004 a los tres peores presidente que podríamos tener (no importa el orden) y a todos les podríamos exigir muchas explicaciones que, por supuesto, no vana dar.
ResponderEliminarLo que comentas de la OTAN y Felipe González, es algo tan sencillo como una serie de llamadas que vienen a decir "Vamos a ver Felipe, España se queda en la OTAN si o sí, tu arreglatelas o que España se atenga a las consecuencias..."
Creo que en muchos aspectos nuestra política está influenciada por ciertos chantajes ante los que no se puede dar explicaciones.
Y creo que tienes toda la razón cuando dices que el nivel de los documentales, ya sea de cadenas públicas o privadas, es ínfimo.
Un saludo
No creo que sean los tres peores. Creo que lo que es peor son las circunstancias a las que han tenido que enfrentarse en 2008, 2011 y 2020. Naturalmente, deberíamos exigir explicaciones, pero cuando salen en los medios (o escriben sus memorias) lo único que hacen es justificarse, y las comisiones de investigación...
EliminarSí, supongo que esas llamadas son determinantes, pero me pregunto qué hubiera pasado si no hubiéramos entrado en la OTAN: ¿con qué nos presionaban o qué nos hubiéramos perdido si nos hubiéramos quedado fuera?
Cuando hablaba de calidad, no sólo me refería a los documentales sino también a otros programas de "entretenimiento", e incluso los "informativos".
Saludos,
Estos documentales, con tan poca historia detrás (y una falta de análisis histórico) -han pasado pocos años- más bien "blanquean a los protagonistas" y hacen un análisis sesgado de los acontecimientos, creo yo, sin haber visto el documental.
ResponderEliminarDe todas las maneras, pueden ser interesantes y, a veces, reveladores.
Abrazossss.
Pues te animo, Blas, a que veas alguno de los capítulos, el que más rabia te dé. Mi impresión es esa, la que digo más arriba en mi escrito: "humaniza y masajea" no sé si al 50%.
EliminarY es cierto lo que tú intuyes: siempre, en cada capítulo, te puedes encontrar un detalle que no conocías o ni siquiera habías sospechado.
Ahora mismo me viene por ejemplo Felipe: se define como un gran tímido y lo que le gusta en realidad, según dice, es estar solo.
Un abrazo!