Hoy, Día Europeo de las Lenguas, me llega la triste noticia del fallecimiento de Pedro Aparicio, destacado europeísta.
Licenciado en Medicina por la UCM (1966), Graduado en Periodismo (1973), Premio Extraordinario en su Doctorado en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona (1976), Alcalde de Málaga (1979-1995), Presidente de la Federación de Municipios, Diputado en el Parlamento de Andalucía y Eurodiputado (1994-2004)...
A continuación, reproduzco un extracto de la entrada que publiqué en su momento sobre su libro Sur de Europa, recopilación de artículos publicados en la prensa malagueña. El lector juzgará cómo sería hoy este país si sus opiniones hubieran sido tomadas en cuenta en su momento:
...La obra que comentamos, está estructurada en tres partes: Recuerdos, Razones y Emociones.
En Recuerdos, predominan los artículos de viajes. Hay referencias a Caracas y Moscú, a EEUU y a Italia, a Finlandia y Turquía, pero en su retina predominan las imágenes europeas de sus viajes en ferrocarril:
“Europa ha pasado varias veces ante la ventanilla de mi departamento. De Rovaniemi a Palermo, de Estambul a Brest, de Moscú a Thurso, he meditado, leído, amado, cantado y dormido. En el tren he sido varios personajes de Verne...” (p.22).
En Razones, predominan las alusiones a personajes y asuntos políticos candentes del primer Gobierno de Zapatero: Moratinos, Pepiño Blanco, Polanco, Zapatero. PRISA, Rosa Regás y Felipe González.
Pero más que las alusiones personales, lo que aquí importa es el calado de los temas abordados: la Ley Electoral, el Debate del Estatuto de Cataluña, unas alianzas de gobierno “sin parangón en Europa”, una opinión pública manejable, una izquierda que ha perdido su ‘norte’.
Aparicio se siente abatido no sólo ante la política internacional, antiterrorista y territorial (p.131) del primer Gobierno de Zapatero; también ante el sectarismo, cuestiones todas ellas que le lleva finalmente a diagnosticar un proceso de involucionismo en nuestro país, definido por una pérdida de peso de España en la escena internacional, el menosprecio de la Constitución, por un furor nacionalista irreversible y por una catástrofe educativa.
La conclusión a que llega el autor en esta segunda parte es clara: “España es mejor que en el franquismo, pero peor que hace 20 años” o, dicho de otra manera: “Hay democracia, pero no tolerancia”.
En la tercera parte, Emociones, Aparicio se recrea en un mundo más personal. Imagina cómo le gustaría que fuera el Paraíso , asunto en el que no se muestra especialmente exigente:
“Ruego a quien proceda que me permitan entrar con mi almohada y con mis gafas. También que me instalen cerca de un quiosco de periódicos...”
Y tiene un recuerdo entrañable para su padre o para sus amigos: Manuel Alcántara, Antonio Soler, y sobre todo, Antonio Machado.
Pero no todo está dicho, porque a lo largo de todo el conjunto de artículos, el autor desarrolla como “tema transversal” la crítica al casticismo. Aparicio no soporta los toros, el ruido, las recomendaciones ; deplora la impuntualidad, el turismo de masas, el consumismo y las barbacoas a las que define como “un invento de pésimo gusto. Es hortera (...) son armas de destrucción masiva” .
Algún lector puede llegar a la conclusión de que Aparicio peca de “elitista” en pasajes como éste: “Bebo con mis amigos un Chablis frío –el gran blanco de Borgoña- en una terraza del bulevar Beaumarchais. Hablamos de ópera...”.
Otros, como Manuel Alcántara en su prólogo, pueden definir a Aparicio como “europeo convaleciente”, quizás dejándose llevar por sus “recuerdos impregnados de melancolía”, por su nostalgia y, en ciertos pasajes, por su abatimiento y su pesimismo.
Yo he llegado a una conclusión diferente: Pedro Aparicio es un espíritu sensato, profundamente humano y europeo que tiene todavía muchas cosas que contarnos. Préstenle atención en su partido y, por qué no, en la oposición. Prestemos también atención nosotros, los ciudadanos. Este país lo necesita.
FICHA DE LA OBRA
Título: Sur de Europa
Autor: Pedro Aparicio
Editorial: Fundación Málaga. Colección Las 4 estaciones
ISBN: 978-84-96337-33-8 Nº páginas: 228
Con las críticas que expones que hizo no creo que fuera un elitista sino que más bien quería que el país progresase en Europa.
ResponderEliminarUn saludo,
Jorge Juan
Has puesto el dedo en la llaga, Jorge. A él no le gustó demasiado este apelativo y en un comentario trató de justificarse. Decía que, en ese momento, era más barato comprar una botella de chablis entre varios amigos que tomarse unas cervezas.
ResponderEliminarNaturalmente, no entré "al trapo", Cada cual que saque sus conclusiones.
Un saludo!
Descanse en paz.
ResponderEliminarGracias por pasarte, Joaquín. Un sabrazo!
EliminarDespués de lo de Cañete leo esto y me pregunto ¿como es posible?. Porque ya no son los 20 años de retraso que dice, sino por lo menos 40 con Cañete, de momento. Porque me recuerda a mi abuelo una barbaridad.
ResponderEliminarSí, Crlos. Parece que vamos "patrás" como los cangrejos y no sabemos cunado terminará esta marcha atrás ni sabemos qué tenemos que hacer para cambiar de marcha. Que nos sea leve!
ResponderEliminarComo escribí en vano hace unos días, es una pena que señores como don Pedro sean desconocidos para el gran público. Comparto fundamentalmente las ideas que apuntas en este brillante artículo. Y no creo que sea malo permitirse algún lujo de vez en cuando. Yo te leo a menudo desde hace años y no tengo cargo de conciencia.
ResponderEliminarSi te das cuenta, Fernando, algunos de los temas que plantea (Ley Electoral, reforma de la Constitución Estatuto de Cataluña...) son los que están hoy pendientes. Algunos de los cuales los abandera Podemos. Luego, algunos se preguntarán cómo es que el psoe está donde está:: Que espabilen!
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