En la Unión Europea hemos vivido esta semana una situación límite, debido al rescate de Grecia y sus posibles repercusiones sobre nuestro país y algunos de nuestros vecinos. Al hilo de los acontecimientos, cabe apuntar algunas impresiones y hacerse algunas preguntas:
1. ¿Era el momento oportuno para un debate sobre el estado de la nación? De todas maneras, la estrechez de miras de nuestros políticos ha quedado patente.
2. No quiero hacer leña del árbol caído y no voy a valorar el "legado de Zapatero". Tan sólo diré que la crisis lleva ya tiempo reclamando una política de Estado que Zapatero ha sido incapaz de articular.
3. Los gobiernos europeos viven al día, pendientes de la prima de riesgo y de salvar cada uno sus propios trastos, como se pone cada día de relieve no sólo en la política económica. También en la
política migratoria.
4. En ningun momento se explica a los ciudadanos la situación real, ni la de España ni la de la UE, ni la relación entre ambas. En europe@s venimos reclamando un papel más activo de nuestros eurodiputados en este sentido, en particular, de Mayor Oreja (PP) y López Aguilar (PSOE), como cabezas de lista.
5. Cada día descubrimos una faceta nueva de cómo nos han vendido la moto. Como no se conoce la situación real, tampoco se plantean posibles alternativas al diktat de los mercados.
Menos mal que algunas voces, como Amartya Sen, (Premio Nobel de Economía 1998) siguen diciendo cosas como éstas (1):
La formidable idea de una Europa unida y democrática ha cambiado con el paso del tiempo y se ha hecho pasar a un segundo plano la política democrática para promover una fidelidad absoluta a un programa de integración financiera incoherente.
Repensar la zona euro implicaría numerosos problemas, pero las cuestiones espinosas merecen ser inteligentemente debatidas (Europa debe comprometerse a hacerlo democráticamente) teniendo en cuenta de forma realista y concreta el contexto propio y diferente de cada país.
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(1) El artículo publicado en Le Monde con el título "L´euro fait tomber l´Europe", ha sido traducido
1. ¿Era el momento oportuno para un debate sobre el estado de la nación? De todas maneras, la estrechez de miras de nuestros políticos ha quedado patente.
2. No quiero hacer leña del árbol caído y no voy a valorar el "legado de Zapatero". Tan sólo diré que la crisis lleva ya tiempo reclamando una política de Estado que Zapatero ha sido incapaz de articular.
3. Los gobiernos europeos viven al día, pendientes de la prima de riesgo y de salvar cada uno sus propios trastos, como se pone cada día de relieve no sólo en la política económica. También en la
política migratoria.
4. En ningun momento se explica a los ciudadanos la situación real, ni la de España ni la de la UE, ni la relación entre ambas. En europe@s venimos reclamando un papel más activo de nuestros eurodiputados en este sentido, en particular, de Mayor Oreja (PP) y López Aguilar (PSOE), como cabezas de lista.
5. Cada día descubrimos una faceta nueva de cómo nos han vendido la moto. Como no se conoce la situación real, tampoco se plantean posibles alternativas al diktat de los mercados.
Menos mal que algunas voces, como Amartya Sen, (Premio Nobel de Economía 1998) siguen diciendo cosas como éstas (1):
La formidable idea de una Europa unida y democrática ha cambiado con el paso del tiempo y se ha hecho pasar a un segundo plano la política democrática para promover una fidelidad absoluta a un programa de integración financiera incoherente.
Repensar la zona euro implicaría numerosos problemas, pero las cuestiones espinosas merecen ser inteligentemente debatidas (Europa debe comprometerse a hacerlo democráticamente) teniendo en cuenta de forma realista y concreta el contexto propio y diferente de cada país.
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(1) El artículo publicado en Le Monde con el título "L´euro fait tomber l´Europe", ha sido traducido
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