Supongo que, más que tomarse esta afirmación al pie de la letra, hay que entenderla como una metáfora porque, en las actuales circunstancias, ni aunque el nuevo Presidente de la Comisión fuera el candidato del partido más votado -cosa que no está del todo clara-, tendría el poder necesario para abordar las reformas que la UE necesita.
No nos engañemos. La Historia nos demuestra que la época del liderazgo individual pertenece al pasado. La UE está reclamando un liderazgo colectivo, en el que El Consejo Europeo (los Estados) dejen paso a las instituciones (La Comisión Europea y el Parlamento Europeo).
Es decir, justo el camino inverso (intergubernamental) que ahora está "de moda".
Pero, ¿para qué hablar de todo esto a tres meses de las elecciones europeas? Más interesante parece para los medios y la opinión pública la quiniela sobre la candidatura del PP o las posibilidades de Valenciano
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