lunes, 15 de diciembre de 2014

Micropolítica (7-3-2010)

Vivimos en un mundo en el que "los programas de gobierno se han sustituido por el marketing personal", declaraba recientemente Rodríguez de la Borbolla, ex presidente de la Junta de Andalucía (1).
Esta cita puede expresar y resumir los recelos y prejuicios con los que me enfrentaba a la lectura de las primeras páginas de Micropolítica, Ideas para cambiar la comunicación política, de Antoni Gutiérrez-Rubí, libro que recoge cinco de sus artículos publicados en RFC entre 2007 y 2009.
Gutiérrez define Micropolítica como "la política de lo que aparentemente es pequeño, (pero) abre grandes oportunidades para cambiar la comunicación política".
Dicho de otra manera, la Micropolítica incluye muchos aspectos -la política de las emociones, la política del relato, etc- que la izquierda parece despreciar y cuyo olvido han podido costar más de unas elecciones en Europa.
Tan sólo hay que recordar que los socialistas franceses no han sabido contrarrestar el "discurso emocional" de Sarkozy y que otro tanto habría que plantearse con Berlusconi o el ascenso de la ultraderecha en las elecciones europeas de junio de 2009 o en las municipales holandesas 2010.

Debo decir que uno sufre un sarpullido cuando oye hablar, por ejemplo, de "política de las emociones", porque nuestro ADN asocia inmediatamente este concepto a épocas nefastas de la Historia de Europa.
Estas prevenciones van quedando despejadas a lo largo de la lectura este opúsculo de 58 intensas páginas. Creo que comencé a comprender en sus justos términos el mensaje de Micropolítica a partir de una reflexión sobre la siguiente cita:
"El socialismo es, sobre todo, un sentimiento y no es y no debe ser una construcción ideológica. Para liderar el cambio es imprescindible hacerse cargo del estado de ánimo de los otros (...) El liderazgo consiste en estar con la gente, con su sufrimiento, abriéndoles horizontes..." (Felipe González, XXIII Congreso de la Juventudes Socialistas).
Además, el trabajo y las propuestas de Gutiérrez -prevención número dos- no pretenden "dar de comer" a esa legión de "profesionales" que merodean a los políticos (spin doctors, asesores de imagen y técnicos de comunicación).
Sus propuestas son básicamente una llamada de atención a la izquierda, se fundamentan en una relectura de autores como Vidal-Beneyto, Roland Barthes, Raimon Obiols, Manuel Castells o Bertrand Russell y pretenden llegar al meollo de la cuestión: Para que la izquierda gane unas elecciones no es suficiente un marketing personal. Es necesario en primer lugar comprender que "la agenda pendiente para la renovación de los partidos políticos es amplia y múltiple. Afecta a las propuestas, a los objetivos y a las formas".
Las propuestas y los objetivos son, sin duda, primordiales. Lo que Antoni Gutiérrez sugiere es que prestemos más atención a las formas - de las que "inteligencia emocional" o un "nuevo relato para la izquierda" son partes imprescindibles-, como nuevas parcelas de una política democrática para el siglo XXI.
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NOTAS:

(1) EL PAIS, 28-2-2010 EXTRA, Día de Andalucía, p.8

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