lunes, 29 de agosto de 2016

Rio 2016: España y la UE


España ha obtenido 17 medallas en Rio 2016. Nos encontramos pues dentro de las previsiones  que habían establecido los expertos (entre 15 y 20 medallas).

Ahora bien, ¿es un balance satisfactorio? Lo que, en líneas generales, para algunos es bueno y para otros excelente, no deja deja de crear dudas cuando se analizan ciertas afirmaciones: 

"España  se sitúa en el medallero aproximadamente donde le corresponde como potencia media".

Un repaso al medallero  parece contradecir tal afirmación: España ha obtenido el mismo número de medallas que Kazajistán y una menos que Azerbaiyán, países que tienen un PIB mucho menor que España. Tampoco salimos bien parados si nos comparamos con nuestros vecinos europeos: Italia (28 medallas), Francia (42). Con Gran Bretaña (62), mejor no establecer comparaciones.


De todas maneras, del artículo de Javier Roldán, lo que me interesa destacar es lo siguiente: "podemos conjeturar y echar cuentas de los metales que obtendría...una UE como competidora única". Dicho y hecho: La UE como competidora única habría obtenido 331 medallas, casi el triple de las conseguidas por EEUU y casi el quíntuple de China.






Hace unos días, representantes de diversas organizaciones europeístas, dirigían una Carta abierta a Martin Schulz, Presidente del Parlamento Europeo, planteando esta sugerencia:

"En vista de los brillantes resultados de los atletas europeos en los Juegos Olímpicos de Río, podría invitar a los atletas europeos que han obtenido medalla al Parlamento Europeo, a fin de celebrar los resultados y mostrar que Europa es fuerte cuando está unida..."





Me parece una buena iniciativa. No sé si Schulz dispondrá de fondos para atender esta petición. Más barato quizás sería que el Parlamento Europeo promueva que, en Tokio 2020, otros atletas se animen a seguir el ejemplo de Elisa di Francisca.





4 comentarios:

  1. Interesante reflexión sobre la "potencia deportiva" de una Europa Unida. Pero a mí me parece más importante para todos nosotros, que esa Europa Unida se consolide de una puñetera vez. Dejémonos de paletismos nacionalistas trasnochados y decidamos de verdad si queremos o no queremos una Europa Unida.
    Para ello, en mi opinión, es totalmente necesario que se aplique una Constitución Europea (de verdad), una Hacienda Pública Europea (de verdad), que los Organismos Europeos sean europeos (de verdad) y que nos dejen de engañar con "apaños" a medida de los grandes intereses económicos de unos pocos.
    Disculpa el tono y la extensión de mi opinión. Pero son temas que me sublevan.
    Un abrazo.

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  2. Qué quieres que te diga, Armando?
    Comprenderás que a mí me gustan mucho los deportes en general y las Olimpíadas en particular. Pero ya ves que no hablo de las hazañas de Beitia, Marín, Belmonte, el equipo femenino de baloncesto...(son ellas poer cierto las que han "salvado" el balance).
    Quería sugerir el potencial deportivo de la UE como ejemplo de lo que se puede (y se debe hacer) en otros campos como tú apuntas.
    Hasta ahora hemos achacado la parálisis europea a Gran Bretaña.
    Ahora, después del Brexit, muchos líderes europeos se han quedado sin argumentos para no avanzar.
    Veremos ahora qué pretextos se inventan.
    Un abrazo
    PD. Me parece bien el tono y la extensión. Por ese lado, no te preocupes :)

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  3. Yo creo que el deporte perdería parte de su encanto si desaparecieran las selecciones nacionales. Ya sé que sólo se habla de celebrar los triunfos juntos, pero creo que hasta eso es una quimera. Si nos llevamos mal con el vecino de la comunidad autónoma de al lado, difícil veo que podamos sentir como propios los triunfos de un alemán o un inglés.

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  4. No solo podemos llevarnos mal, Fernando, con el vecino de otra comunidad autónoma. También con el vecino del 5º, pero eso no puede ser óbice para buscar alternativas a las competiciones nacionales.
    Sinceramente, Fernando, creo que las competiciones nacionales son propias de un nacionalismo decimonónico que desembocó en la I y II Guerra Mundial, por no hablar de Yugoslavia, etc.
    Hoy estamos, me parece, en otra onda. Y creo que nadie se mesaría las barbas si, por ejemplo ( y lo digo solo como ejemplo, pero no me molestaría oir otras sugerencias) los atletas españoles desfilasen detrás de un doble abanderado: uno portando la bandera española y otro, la azul de 12 estrellas.



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